Infertilidad, por lo general se define como la incapacidad para concebir, gestar, o dar a luz a un niño. La causa más frecuente de infertilidad es la incapacidad para concebir.
Los médicos pueden determinar la razón de que una pareja no consiga concebir o dar a luz a un hijo en cerca del 90% de los casos, y corregir la infertilidad en cerca del 50 por ciento. De cada 100 casos, 40 se deben a problemas en la mujer, entre 30 y 50 en el hombre, y el resto son producto de alteraciones en cada uno de los miembros de la pareja que al interactuar producen infertilidad.
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Las causas de la infertilidad son muchas: anomalías hormonales o estructurales, enfermedades, consumo de alcohol en exceso y fármacos anticonceptivos, entre otras. El problema puede encontrarse en cualquier punto del proceso de la reproducción. Al principio del proceso, quizá se trate de la ausencia de ovulación en la mujer o en la producción insuficiente de volumen de espermatozoides en el hombre. En las fases posteriores, los problemas estructurales del útero o del cérvix tal vez los hagan incapaces de albergar un embarazo. Con frecuencia, los trastornos que contribuyen a la esterilidad son temporales o reversibles, como en el caso de malnutrición, obesidad, fiebre elevada asociada con enfermedad, o fatiga crónica.
En la mujer la causa más frecuente de infertilidad es la ausencia de ovulación. La segunda causa es la obstrucción de las trompas de Falopio. El terreno de la infertilidad masculina se conoce menos, ya que hasta hace poco tiempo se suponía que los hombres eran fértiles si eran capaces de tener relaciones sexuales. Una de las consecuencias de esta actitud ha sido que las investigaciones sobre la fertilidad se han centrado en los problemas de la mujer. Sin embargo, la causa más frecuente de infertilidad masculina es un recuento bajo de espermatozoides.
Los informes indican que la incidencia de infertilidad está aumentando, aunque parte de este incremento se debe al mayor número de parejas que buscan asistencia médica al conocer que la infertilidad es tratable. Los médicos (ginecólogos en el caso de las mujeres y urólogos en el de los hombres) citan como otras causas posibles del aumento de la infertilidad la reciente elevación de la incidencia de enfermedades venéreas, que pueden lesionar gravemente el aparato reproductor masculino y femenino si no se tratan, y al uso generalizado de anticonceptivos orales y dispositivos intrauterinos para evitar el embarazo, ya que a veces su uso provoca infertilidad temporal o permanente.
Otros médicos relacionan el aparente aumento de infertilidad con la tendencia cada vez mayor de retrasar la maternidad, con frecuencia hasta que la mujer alcanza los treinta años, ya que la fertilidad, tanto en los hombres como en las mujeres, desciende con la edad. El pico máximo de fertilidad en la mujer se alcanza a los 18 o 19 años y sufre pocas variaciones hasta la mitad de los 20. Entonces la fertilidad experimenta un descenso lento hasta los 35, más marcado hasta los 49, y una caída muy rápida conforme la mujer se acerca a la menopausia. La fertilidad del hombre no declina con tanta rapidez, ni tiene un límite final claro, pero es más probable que un hombre de 50 años sea menos fértil que cuando tenía 25 o 30 años.
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No hay que quitarle mérito al avance meteórico de los métodos de diagnósticos y a la cirugía laparoscópica. Pero ante el aumento de las consultas, por mujeres que se presentan con una montaña de análisis y estudios, abortos espontáneos luego de la fecundación in vitro o inseminación artificial, causas desconocidas, secundarismos luego de tratamientos hormonales, etc., es ahí donde la Homeopatía atiende al 50% de esa población estudiada, tratada y fracasada ante el intento vano de corregir o cumplir con el deseo de concebir un hijo.
Este intento vano es el que nos tiene que llamar la atención, y detenernos en interpretar que nos quiere decir, ya que el cuerpo nos dice, lo que la mente no puede...(ver en este blog: “El Simbolismo en Homeopatía”)
Cuánto más se estudia el cuerpo, más se lo expone a estudios y análisis, mas hay que pensar en un rechazo manifiesto pero no declarado, sobre el poder tener un hijo. ¿Porqué?
Porque el ser únicos e irrepetibles, nos hace diferentes y complicados, ya que arrastramos historias familiares, culturales, económicas, que hay que “cumplir”, lo que se llama un mandato, una orden que no se puede des-obedecer...y esto implica una personalidad no estudiada, no escuchada, que no se re-planteó “su” deseo, sus ganas, sus elecciones...tener que!.
Hoy en día, la sexualidad es más precoz, libre, sin tantas represiones, pero con un solo deseo, no quedar embarazada, tomar anticonceptivos “anovulatorios”, artificialmente se le dice al cuerpo que no ovule, que no fecunde o conciba...pero hasta cuando?
Luego se pierde la automatización ovulatoria, y claro, cuesta...encima hay toda una historia de tratamientos con óvulos por “contagios”, que provocan inflamaciones o adherencias, resultado...infértil.
El hombre se presenta con bajos recuentos de espermatozoides, por enfermedades de transmisión sexual, varicocele, traumatismos, etc.
Se asocia el temor al embarazo, a la responsabilidad, el sostén, la educación, los gastos, consecuencia...bajo recuento.
¿Qué se hace?
Primero, prevención: no utilizar anticonceptivos, usar otros métodos igual de eficaces. Cuidar al cuerpo, no ingerir mucho alcohol, vida sana en todo sentido, hacer cosas para estar mejor, no postergar.
Segundo, hacer estudios no invasivos en lo posible, no exponer al cuerpo. Resolver en forma quirúrgica solo de ser necesario.
Tercero, de no resolverse se impone un tratamiento homeopático o psicohomeopático.
Se cuenta con infinidad de medicamentos: nosodes* para tratar el terreno miasmático*, medicamentos para desbloquear y el mejor similar o simillimum* para encausar la energía vital desequilibrada.
Pero lo más importante es escuchar, analizar los deseos del paciente, hacer una historia bien completa, detectivesca, para comprender el drama existencial que no permite la concepción o la fertilización y actuar en consecuencia.
Para ser ilustrativo, recuerdo el caso de una paciente que me llama desde otro país, angustiada porque tenía un tumor en el ovario derecho (padre), y quería evitar la operación quirúrgica. De la historia se desprende un duelo no hecho por la muerte de su padre, que exacerbó su sensibilidad en todo sentido, por lo cual es el estado ideal para todo tratamiento. Primero, Apis para el ovario, a los 30 días desapareció el tumor, luego desbloquear el estado de pena por un duelo no realizado con un medicamento de acción más profunda, que permitió un embarazo y parto sin dificultades, salvo una tiroiditis que se restableció luego del parto.
Pero es interesante destacar que el cuerpo nos orientó sobre su desequilibrio, solo hay que escucharlo.
Glosario
Nosode: preparación dinamizada a partir de una secreción o parte enferma del organismo, utilizándose como isoterápico o vacuna.
Terreno miasmático: es un estado del organismo que puede ser hereditario o adquirido, que predispone a distintas afecciones.
Simillimum: se dice del medicamento único para determinada persona que equilibra la energía vital. Se lo llama también, medicamento de fondo.