Blog de Homeopatía y Psicohomeopatía
Es un lugar para pensar, sentir, escuchar y hacer contactos con aquellos que quieren curar las enfermedades del cuerpo y del alma.
jueves, diciembre 06, 2012
Homeopatía y enfermedades autoinmunes...
domingo, junio 05, 2011
El Método Diagnóstico y Terapéutico
Antes de comenzar con el análisis del método terapéutico, es necesario conocer y aceptar, desde el empirismo, que el ser humano es un todo integrado, compuesto por 3 planos interconectados: mental/espiritual, emocional/psíquico y físico siendo un eslabón más con el Universo del que es parte. [1]
Teniendo en cuenta que, si una parte del organismo es afectado, en consecuencia se afectará la parte restante, o sea, el Todo…y si somos parte del todo, en alguna medida lo estaremos afectando, según la Ley de Correspondencia. [2]
Tal es así que los humanos en su conjunto alteran el clima, el hábitat, la supervivencia de innumerables especies, logrando un caos energético ambiental que afecta al ser humano en consecuencia.
Así mismo, el estado de salud o enfermedad, va a estar dado por como regula su homeostasis o resiliencia ante el stress, como así también, el Macrocosmos afecta al Microcosmos o a nuestro organismo.
Por lo tanto, las diferencias entre una persona y otra en gran medida va a estar comprendida por:
--Integridad genética y disposición a sufrir determinadas enfermedades.
--Estado de salud mental o emocional de padres y familia.
--Alteración del medio ambiente.
--Estado nutricional.
--Medio socio-económico.
Estos ítems tienen que formar parte directa o indirectamente de la historia clínica, espejo natural del enfermo que va a conformar el rompecabezas a unir para formar una imagen in toto.
Para aplicar la Ley de Semejanza, tan conocida por todos, debemos primero estudiar profundamente la Materia Médica y sus patogenesias, los conocimientos que se heredaron de la alquimia, la transferencia alquímica, los distintos tipos de arquetipos, siendo el más importante el “sí mismo”, uno con el Universo para evaluar el camino o proceso de individuación [3] o como cumplirá con los altos fines de su existencia por el que tanto bregara el maestro Hahnemann.
Fundamental es el conocimiento simbólico relativo a las distintas manifestaciones de la enfermedad en el cuerpo en todos sus planos. [4]
Por último, conocer los elementos de la tabla periódica, [5] cuya suma es el todo, por ende es la base de Todo…debiéndose seguir estudiando y experimentándose porque es el trampolín terapéutico, como así también se lo “ubica” al paciente dentro de un “Universo” que posibilita saber qué lugar ocupa él mismo en su desarrollo de vida o en su estado de bloqueo…
El conocimiento de la tabla como veremos más adelante, manifiesta el bloqueo, desarrollo o decadencia de la persona, en sus distintas etapas de vida.
Todo esto con la escucha atenta y el olfato detectivesco marca el camino de la curación.
Es importante, la correcta toma del caso [6] e interpretarla para lograr tal fin.
El o los nombres, así como la profesión, puede “decir” el deseo de los padres y como ha determinado en la persona.
El biotipo o fenotipo lo ubica dentro de un contexto de segundo orden.
Es de gran consideración la vocación desarrollada, a desarrollar o reprimida por diferentes circunstancias.
Jerarquizar que es lo más importante en la vida del paciente, ya que esto conduce al fin de vida, lo que debe hacer para solventar su desequilibrio o que puede realizar según su grado de desarrollo.
Averiguar también su personalidad consciente, carácter, sensibilidad, emotividad, afectos actuales y en la infancia, todo esto en relación a sí mismo y a los demás.
Relación con su entorno y circunstancias, como lo altera la menstruación, en determinados casos el embarazo, parto y lactancia. Aspectos climáticos, modalidades del sueño y sueños recurrentes.
También referido a la alimentación y su sexualidad.
Antecedentes familiares y personales.
Síntomas físicos simbolizados que han alterado su historia de vida. [7]
Todo esto y su profundización, en una o varias entrevistas, en base al interrogatorio da una idea aproximada de la real naturaleza comparable con los elementos de ella estudiados en las distintas Materias Médicas.
Todo este razonamiento serio y honesto invalida a todos los libros y pasquines que estimulan la automedicación, siendo el profesional responsable el único habilitado para bucear en las profundidades del alma humana para curar definitivamente y no una mera supresión sintomática con medicamentos dinamizados de alta eficacia.
Invito al consenso o al disenso para elaborar el camino adecuado en la formación profesional, tal como lo hizo Jan Scholten, quien tuvo la lucidez de ver el “todo” en la tabla periódica como instrumento médico, el cual falta profundizar y experimentar para cumplir con el más alto ideal del médico, que es curar.
BIBLIOGRAFÍA
[1] Vithoulkas, George: Las leyes y principios de la Homeopatía en su aplicación práctica. Edit. Paidós. 1997.
[2] Tres Iniciados. El Kibalion. Edit. Sirio. 2000.
[3] Jung, Carl G. El Hombre y sus Símbolos. Edit. Paidós. 1995.
[4] Souzenelle, Annick de: El Simbolismo del Cuerpo Humano. Edit. Kier. 1997.
[5] Scholten, Jan: Homeopathy and the Elements. Edit. Alonnissos. 1996.
[6] Paschero, Tomás P.: Homeopatía. Edit. El Ateneo. 1991.
[7] Dethlefsen, T y Dahlke, R.: La Enfermedad como Camino. Plaza & Janés. 2004.
jueves, mayo 12, 2011
Reflexiones en torno al problema repertorial
Me es grato publicar estas reflexiones del Dr. Iván Salas-Vergara, que invita a un debate sobre la modalidad y manera de encarar al paciente en su totalidad…
Deja en claro una visión clara que aporta gracias a su formación en la Homeopatía Nouménica, que aborda la singularidad del paciente y su lenguaje que puede ser analizado bajo otra mirada y comprensión…en definitiva, un aventurado camino más hacia la cura de los enfermos.
El ejercicio de la homeopatía presenta serias dificultades y obstáculos en distintos niveles, ya sea por por el grado de atención a los diferentes modos de comunicación del paciente, por la sutileza de la observación desprejuiciada, por la contención y mesura de la palabra del tratante, en fin, por el delicado equilibrio que ella exige en el manejo de sus diferentes momentos y etapas entre razón e intuición, entre ciencia y arte. Aquí quiero referirme, particularmente, a los errores que en la conducción de la anamnesis nos llevan a una mala identificación de los síntomas y/o a la errada trasposición de los mismos al repertorio, lo cual nos conduce a la elección de una inadecuada estrategia repertorial. Como vemos, muchas son las trampas que acechan en la intimidad del acto médico homeopático
Antes de proseguir, deseo aclarar que no participo en la controversia entre los que privilegian la razón sobre la intuición o viceversa y que se expresa, puntualmente, en el animado debate entre los que defienden la repertorización como paso obligado en la toma del caso y los que no.En mi opinión y desde una postura dialógica, integradora y orgánica no es real la exclusión entre estas funciones del alma humana ya que ambas pueden actuar de manera sinérgica, simultánea o alternadamente y sólo una mirada lineal, disyuntiva y reduccionista se plantea este falso dilema que nos impide reconocer que todo el tiempo estamos utilizando ambas funciones anímicas, aunque por momentos, alguna de ellas actúe en segundo plano. Dicho esto, paso al tema planteado.
La inadecuada estrategia repertorial se inicia cuando constreñimos el relato del paciente a los síntomas y rubros representados en el repertorio; cuando aplicamos toda nuestra atención al descubrimiento de síntomas repertorizables al creer que, precisamente por serlo, nos conducirán de manera expedita a la prescripción del
Similimun mediante el recurso a una valoración chata de los mismos, reducida a la sumatoria de unos dígitos más o menos arbitrarios.
De lo anterior no debe deducirse un rechazo al uso de los repertorios, por el contrario, todo homeópata cabal debe conocer profundamente la lógica de su urdimbre y desarrollar la mayor experticia en la precisión de los síntomas y en la justeza de la valoración de los mismos y su jerarquización. Lo que aquí señalo es la deformación de nuestra capacidad de escucha y, como consecuencia de ello, de la interpretación contextualizada del relato del paciente, lo que nos lleva a privilegiar los síntomas en vez de atender la historia que cuentan, esa que circula por los entresijos y silencios de su palabra. Es como si - si cabe el ejemplo – al leer una novela, pusiéramos el énfasis en ciertas palabras aisladas y sólo viésemos los sustantivos y los verbos, omitiendo adjetivos y conjunciones y adverbios, etc., lo cual nos impediría extraer el sentido de las frases, el propósito que les subyace y surge del ritmo, de la atmósfera del texto en su integridad. No debemos olvidar, pues, que los síntomas no constituyen un fin en sí mismos sino que son el medio, el vehículo mediante el cual cada sujeto intenta expresar su desencuentro existencial. Ellos cuentan, en conjunto, la novela del paciente, vale decir, un argumento vital, un sentido y una intención.
La novedosa exégesis de la Materia Médica propuesta por Masi Elizalde, nos enseñó que numerosos síntomas son comunes a diferentes medicamentos y ello nos obliga a admitir que aunque idénticos en su forma, en verdad traducen algo bien diferente en el contexto de la historia de cada sujeto o medicamento. Así, la coquetería y la seducción de Lachesis obedecen a la necesidad de ser admirada mientras en Pulsatilla a la necesidad de huir del sentimiento de abandono. El carácter agitado y violento de Taréntula obedece a motivaciones distintas a las de Chamomilla o la ilusión de ser insultado de Palladium es totalmente distinta de la de Alcoholus. Es decir, que no existen síntomas rigurosamente idénticos cuando se los interpreta desde la perspectiva del sentido y de la totalidad sintetizada en la intención central alrededor de la cual el sujeto estructura su estrategia vital.Dicho de manera concisa: en rigor todo síntoma es exclusivo.
Entonces, hay algo que es anterior, que precede a los síntomas y ello es la singularidad del sujeto (su psora, absolutamente endógena y metahistórica) la cual determina el significado de los mismos y su peso específico en el contexto de la biopatografía personal. Ahora bien, admitir esto implica rechazar de plano la absurda teoría que plantea la psora como subproducto de la supresión de la sarna o de la escabiosis o de cualquier otro exantema, pero ese es otro asunto que abordaremos en otro momento. Así, no debemos perder de vista la noción de que conceptos tales como los de totalidad sintomática, o síndrome mínimo de valor máximo, o los key notes y las diversas formas de puntuación repertorial, así como la variedad de métodos de valoración de los síntomas y modos de prescripción, constituyen instrumentos técnicos al servicio de la identificación de esa singularidad. Entonces resumiendo, el principio de semejanza debe ser aplicado a aquello que el sujeto es, no a lo que el enfermo presenta.
Coherentemente con estos planteamientos, la escuela de Homeopatía Nouménica que fundara Masi Elizalde, propone la formación de ejes temáticos que aglutinen síntomas en torno a si y luego resumir mediante agrupamientos temáticos hasta concluir en pilares que expresan en su concisión los elementos fundamentales que circulan en la dinámica miasmática, es decir la manera particularísima como cada sujeto ataca y se defiende de las vicisitudes que el medio le propone, constituyendo todo ello la estrategia de vida o “manera equivocada de estar consecuencia, a su vez, de la idea errada de ser”.(Bandoel)
El troquelado recibido en las escuelas médicas del sistema dominante, nos lleva a pensar como clínicos en permanente confrontación con lo patológico según la nosografía al uso, mientras que en tanto Homeópatas debemos dirigir nuestra actuación a la singularidad del sujeto paciente, lo cual implica que el síntoma debe ser redefinido como todo aquello que traduzca las peculiaridades del sujeto sin la obligatoriedad de que sea algo patológico y, es por eso, que no es necesario que el paciente presente sintomatología clínica, es decir, que esté enfermo, para poder realizar su diagnóstico medicamentoso; así, la simple ocupación o los pasatiempos constituyen una buena guía al respecto, una tejedora puede revelar a Sepia, una danzarina a Taréntula, una actriz o pitonisa a Lachesis, un juez de paz a Natrum carbónicum egotrófico(sycósico) y el mal gusto en el vestir al Natrum carbónicum egolítico(syphilítico), el escultor a Alúmina, el coleccionista de relojes a Argentum nitricum, así también la forma de vestir, la manera de hablar , en fin, todo aquello que traduzca la posible conformación psórica puede ser asumido como síntoma. Es la idea que de manera concisa expresamos arriba así: el principio de semejanza debe ser aplicado a aquello que el sujeto es, no a lo que el enfermo presenta.
Estas son algunas ideas, apretadamente expuestas a modo de invitación al debate crítico y respetuoso, que intento aplicar en mi práctica cotidiana, intentando vencer la dificultad propia de este ejercicio y mis humanas limitaciones y en esa apuesta me recompensa el disfrute del intento mismo y la resonancia con el legítimo espíritu de la homeopatía que nos legara el sabio maestro de Meissen.
DR. IVAN SALAS VERGARA
ivansave@gmail.com
06/V/2011
domingo, mayo 01, 2011
La Nueva Homeopatía
¡La medicina clásica ha fracasado!
No previene un trastorno cuando se instala, aplica medicación de por vida, o sea, no cura.
Lo vemos en personas hipertensas, diabéticas, cardiópatas, artrósicas, renales, etc., toda una lista de enfermedades crónicas no resueltas.
Las vacunas a virus vivos instalan más enfermedades latentes, si estos virus mutan o el sistema de defensa colapsa, se generan nuevas enfermedades, más medicinas… ¡Buen negocio para la industria farmacéutica!
¡Urge un nuevo Paradigma!
La visión mecanicista de la medicina clásica es útil para describir todo tipo de fenómenos físicos, gracias al aporte de la tecnología que se ha desarrollado en la medida en que el médico medio va perdiendo la capacidad de adaptarse a un nuevo tiempo.
La aparatología puede registrar el funcionamiento de un órgano, pero no su parte constitutiva, la energía que lo hace funcionar.
Hahnemann, el descubridor de la Homeopatía, tuvo el coraje de hacer un cambio paradigmático, supo percibir el efecto de las sustancias en una persona sana en forma empírica, tal como ha hecho siempre la medicina oficial. Mas pudo dar un orden al caos, todo un “orden implicado” que dio origen a un movimiento dinámico el cual se ha modificado en el tiempo, pero ahora es necesario darle un nuevo orden…
En principio, hay que reconocer que la medicina oficial es racional; en la enfermedad aísla el órgano, la enfermedad viene de afuera o es heredada.
La Homeopatía es más intuitiva, porque el proceso de creación del ser humano comienza con la intuición y luego aparecen conceptos, sentimientos, imágenes, formas y finalmente una manifestación física. La intuición es la clave para iniciar el proceso de creatividad. [1]
El homeópata es capaz de ver el todo, al menos esa debe ser su formación; ver la relación que hay entre una parte y el todo, simbolizar los síntomas. En vez de pensar en función de la estructura hay que pensar en función del proceso. Todo es dinámico, un dinamismo interconectado. Por tal motivo, hay que dejar atrás la teoría relativista, en que todo es según el observador a lo observado.
El médico está unido al paciente por múltiples canales, todo está dentro del Universo y de lo que se trata es de comprenderlo…
Hay que erradicar la idea in mente, de las leyes o procesos fundamentales, las cosas existen en virtud de sus “relaciones mutuas”.
Las propiedades de una parte dependen de las propiedades de otras partes. Por lo tanto, ya nada es absoluto, tal vez, aproximado. Somos parte del todo y no ajenos a él…al Universo. [2]
Comprendido esto, podemos entender y aplicar con similitud una terapéutica apropiada.
Deben recuperarse los conocimientos de civilizaciones antiguas, el de los chamanes, fitoterapeutas que interpretan las propiedades del reino vegetal. Tal como hizo Paracelso, que aplicó los conocimientos de Oriente, Hahnemann, estudió mineralogía, física y química para ordenar los elementos constitutivos para estudiarlos y aplicarlos. Al igual que Jung quien estudió los símbolos antiguos dentro de un inconsciente colectivo. [3]
Hay que enseñar menos repertorización y agregar estas materias. Todo este estudio repertorizado debe ser un complemento, aceptando sus falencias e imperfecciones. La epistemología debe ser más importante que el empirismo, base elemental para comprender al ser humano.
Es menester comprender y ubicar al paciente en su desarrollo madurativo, bloqueado según sus circunstancias de vida, que le impiden madurar adecuadamente en pos del deseo de otros o del suyo no realizado o vedado.
Ver cuál es su lugar dentro del Cosmos, el espacio-tiempo según sus características, vivencias, valores, manera de ser y sufrir.
Cómo está modalizado según sus circunstancias.
Saber cuál es su vocación, su sentido y fin de vida, lo ubica en un punto de desarrollo necesario para un pronóstico mejor.
De la misma manera hay que estudiar los elementos dinamizables como lo hizo Jan Scholten, que entendió que el todo es la tabla periódica, donde nada es al azar en su conformación y propiedades. Hay una perfecta similitud entre los valores de cada elemento, el desarrollo por etapas, el sentido de menor a mayor, de izquierda a derecha y la apetencia de uno sobre el otro modalizándolo, da una idea de ser semejante al sufrir del paciente. [4]
Tanto Jan Scholten como Rajan Sankaran, estudiaron los componentes minerales en los vegetales como para ampliar el campo terapéutico.
Ya se sabía antiguamente la relación entre magnesia phosphórica y colocynthis, lobelia, symphitum, stramonium, etc. [5]
En definitiva, hay todo un mundo por ser descubierto. El médico debe estar preparado cuando no se cumple la ley de curación, porque tal vez no hay ley, no hay dos pacientes iguales, no todos responden a la medicación o a las potencias habituales, hay circunstancias, naturalezas diferentes, bloqueos, malformaciones o mutaciones genéticas por enfermedades o inmunizaciones, etc.
Es por eso que los médicos deben cambiar su visión y formación académica.
En el Universo, nada es casual, todo es causal. A cada acción le corresponde una acción, todo es dinámico, el Todo es ahora…
Bibliografía
[1] Sanderson Beck, Life as a whole: Principles of Education Based on a Spiritual Philosophy of Love (1987)
[2] Capra, Fritjof: El Tao de la Física. Edit. Sirio. 2000
[3] Jung, Carl G.: El Hombre y sus Símbolos. Paidós. 1995
[4] Scholten, Jan: Homeopathy and the Elements. Alonissos. 1980
[5] Lathoud: Materia Médica Homeopática. Edit. Albatros. 1991
Estudio Miasmático de Selenium
El Dr. Iván Salas-Vergara, colombiano y un gran profesional, me pidió la publicación del presente trabajo, al cual accedí con el objeto de compartir tan rico y excelente material, como también otra visión y comprensión de un medicamento aplicable a determinados pacientes. Otra razón es la manera prolija y clara de explicar las bases fundamentales filosóficas del encuadre aristotélico-tomista, que aplicaba el ya fallecido Profesor Dr. Alfonso Masi Elizalde (ver foto) en su escuela de altos estudios homeopáticos.
También una nueva visión para seguir pensando juntos…
INTRODUCCION
La Psora es sufrimiento puro. La Sycosis y la Syphilis constituyen intentos defensivos equivocados y, por tanto, fallidos, mediante los cuales tratamos de no sufrir. La Psora es lo real en el hombre. La Syphilis y la Sycosis son lo que el hombre supone que es su realidad. La Psora es el sujeto y la condición humana en su desnudez. La Sycosis y la Syphilis son el ropaje, el personaje, en fin, la sombra, ora alargada, ora menguada que danza su ficción en el escenario del mundo. Pero no nos confundamos, el personaje es la representación, lo representado es otra cosa; detrás de la puesta en escena, detrás del personaje está el hombre real, el hombre que padece y cuando se decide a abandonar su defensa y se convierte en si mismo, aparece desolado, desprotegido, lleno de miedo y de ansiedad, de culpa y de vergüenza. Entonces y sólo entonces, puede a través de eso que Jung llamó proceso de individuación y que el simillimun es capaz de poner en vigencia, encarar la responsabilidad de su propia muerte en vida, en tanto ficción o personaje. Ahí, en la posición psórica, el hombre vive en el desasosiego que le produce la conciencia de su propia fugacidad, de su pequeñez frente a la infinita y despiadada belleza del mundo, de la inutilidad de su vida y de su impotencia para hacer “algo” que deje un rastro o al menos una huella, siquiera, de su existencia. Ahí, también, tiene una sensibilidad sin fronteras y, por lo mismo, abierta a todas las impresiones, que no discrimina, casi una hipersensibilidad de desollado; se siente vulnerable y sin embargo, se abre buscando receptivo e indeciso. ¿Qué será de este ser humano psórico? ¿Resistirá eso que sintéticamente llamamos angustia existencial o se doblegará ante la abrumadora sensación de abandono y soledad, bajo el peso de sus miedos y vergüenzas?
Humanizarse es asumir nuestra dramática condición, vulnerable y abierta, sensible y desasosegada pero que aun conserva, como promesa de redención, un cierto nivel de comunión con el alma del mundo, con la sacralidad de la vida. Pero la sombra, esa caricatura de lo real, esa si puede vivir “como si” pudiese imponerse y sojuzgar, desde su pedestal imaginario, a los demás para obtener, por esa vía, la ilusoria omnipotencia que requiere para someter y negar al otro, lo Otro, reafirmándose en su error primigenio para finalmente adormecerse en el espejismo de su supuesta inmortalidad. O, ya en el otro extremo del péndulo miasmático, “como si” pudiese prescindir del otro y huir del mundo mientras se embriaga en su veneno negándose a vivir para no tener que morir algún día. La egotrofia y la egolisis (Sycosis y Syphilis de la nomenclatura clásica) nos encadenan a la equivocación perpetua, al extrañamiento ya que estas posiciones no pueden cambiar ni reconciliar la intención psórica o “idea errada de ser” de la que hablara la doctora Bandoel y que nos obliga, como una fuerza oscura e ineludible, a una “manera equivocada de estar”.
Demos una mirada al Egotrófico: estos siempre están en la búsqueda de un plus que les de más poder, más respetabilidad, más dinero, más brillo social o académico; su obsesión es la imagen, la reputación. Parecen satisfechos de sus vidas, de sus logros, de sus opiniones; si no fuera porque la maestra vida les propina unos cuantos fracasos, nada podría desalojarlos de su rol de triunfadores, de su aparente bienestar y de su falsa bonhomía. Ellos son ejecutivos y prácticos, ambiciosos de duro corazón, gesto agresivo y mirada fría; aspiran a la constante y creciente satisfacción de sus deseos, a imponer siempre su voluntad y dominar, en suma, sin restricciones. Nada los puede afectar, excepto que se dude de su conducta o de su personalidad superior. Debemos aprender a descubrir detrás de esta caricatura, al hombre real que pretende ocultar por la vía del “hiper” su drama, su sufrimiento psórico, lo cual no es nada fácil ya que la egotrofia, franca o embozada, se parece demasiado a las actuales expectativas sociales y culturales acerca del éxito.
Miremos ahora hacia la Egolisis: estos también participan de la misma tragedia, solo que desde otra perspectiva menos apetecible y glamorosa, según la idea vigente en nuestra cultura moderna acerca de la actitud “correcta” para el éxito. Ellos están hastiados y sumamente cansados, sólo desean olvidar, fugarse y dormir. La vida es, para ellos, demasiado pesada y onerosa y si acaso pueden soportarla arrastrando el fardo de su sufrimiento, es de manera aburrida y rutinaria, por ello no les parece que merezca la pena de ser vivida. Muchos de ellos caen en el alcoholismo y la drogadicción, otros sucumben en la perversión psicosexual; en la infancia ya es notoria su crueldad con indefensos animales y su cobardía. En Alterlisis son violentos, criticones y practican todas las formas del irrespeto y la insolencia, mientras en sus sueños asesinan y cometen toda clase de vejaciones. Bebedores solitarios, desconfiados y sarcásticos van por los rincones del mundo acompañados del polvo y el olvido. Conocedores de todas las formas de suicidio: social, profesional y físico, viven vidas atribuladas y difíciles. Para ellos solo hay despecho en los amores, desaliento en la voluntad y desesperanza en el ánimo.
La clave del acto médico homeopático es la historia biopatográfica. Ella nos permite, en el marco de una relación dialógica y empática, comprender al sujeto de esa historia, para poder disolver el espejismo de esta doble defensa fallida y el paciente pueda atravesar su sombra, para finalmente descubrirse en su esencia psórica, en su humanidad. Nuestra tarea es acompañar al sujeto paciente en la lectura lúcida, solidaria y emocionada de esa historia de la desmesura, la imprevisión y lo siniestro. Ahora bien, en latencia la Psora por la acción del simillimum, el hombre dispone de la libertad necesaria para decidir si encara su “natural destino de eternidad”, en tanto hijo de estirpe divina, o no; si en vigencia la Psora, entonces carece de libertad y permanece encadenado al “espejismo de la inmortalidad”, en tanto personaje, en tanto sombra Psorosycósico o Psorosyphilítico. Ah! pero los homeópatas que aspiramos hacer homeopatía y no homeoterapia, hemos aprendido a crear las condiciones para que el paciente se abra y asuma la tarea, pero el palo en la rueda para todo aquel que acepta que lo digno de ser curado es la Psora, es que no tenemos una Materia Médica Miasmática (MMM) porque, aunque declaremos lo contrario, las Materias Médicas (MM ) existentes han sido estructuradas en torno a un modelo antropológico y hermenéutico reduccionista, inorgánico y, por tanto, profundamente materialista. Lo que sigue es un aporte a este movimiento, apenas embrionario, hacia una MMM, es decir, psórica, que nos permita alcanzar por la vía de la certeza y no del azar, el desideratum terapéutico que planteaba el sabio maestro de Meissen expresado en “sensaciones que produzcan felicidad, acciones que ensalcen la dignidad y conocimientos que abarquen el universo creado por el Dios que adoran los habitantes de todos los sistemas solares” y que sólo el simillimun permite avizorar.
JUSTIFICACIÓN
Los homeópatas del mundo solemos tener un stock de medicamentos, una pequeña farmacia en nuestros consultorios y todos sabemos cuales son aquellos, veinte o veinticinco remedios, cuyos frascos debemos renovar con rutinaria frecuencia mientras que la mayor parte del resto envejece sin que sus sellos hayan sido levantados jamás; pero siempre que me detengo a revisarlos me gritan desde su silencio ambarino que ellos también son parte del esplendente propósito de la homeopatía, de la promesa que yace allí esperando ser descubierta y aplicada. Y al igual que la mayoría de homeópatas intelectualmente honestos, somos testigos de la irregularidad de los resultados que desvían del camino del unicismo a muchos potencialmente buenos homeópatas, quienes terminan ejerciendo una especie de homeoterapia alopática, entre complejos y drenadores y sometiendo al paciente a la regadera supresora del más atroz eclecticismo “interdisciplinario”; ejercen atrapados en el tinglado de la nosografía al uso con esos escasos recursos farmacológicos. Pues bien, allí en esas potencias desconocidas también está la Psora, la Syphilis y la Sycosis, allí yace gran parte de la humanidad encerrada en esos frasquitos con sus gestos y dolores, con sus aspiraciones y temores, con su risa y su llanto. Debemos, pues, aprender a leer la novela de esos medicamentos como leemos ya la de nuestros pacientes, para que cada vez con mayor frecuencia podamos decir, después de escuchar a nuestros pacientes, esta historia ya la he leído. Demos, pues, una ojeada a esa porción del drama humano que Selenium nos relata.
MATERIA MÉDICA NOUMÉNICA
SELENIUM es un oligoelemento (OE) descubierto en 1818 por Berzelius y denominado así en honor de la Luna (Selene). En estado natural se encuentra siempre asociado al TELLURIUM. La primera experimentación patogenética fue llevada a cabo por HERING en 1834 y publicados los resultados en los Archivos Homeopáticos.
Cada día aparecen nuevas publicaciones científicas acerca de la importancia de los OE en diversos pasos metabólicos, para el adecuado funcionamiento del sistema inmune, para un normal proceso de envejecimiento y en la prevención de diversas dolencias de la nosografía convencional, como resultado de su capacidad antioxidante y nutritiva. Muchos de ellos son medicamentos homeopáticos más o menos bien experimentados desde varias décadas atrás.
Para el estudio de la Dinámica Miasmática de Selenium tomamos como fuente los síntomas mentales del mismo en el Repertorio Kent y la Materia Médica de Jahr, las Comparaciones y Key-notes de H.C.Allen y el Tratado de MM de Bernardo Vijnovsky, para un total de 35 rubros.
LOS TEMAS
1- Ailments after anger, vexation. G:1
2- Aversion, person, to certain. G: 1
3- Company, aversion to. G: 2
- Friends, of intimate. G: 2
4- Concentration, difficult. G: 2
5- Confusion, of mind, coition, after. G: 1
- Emission, after. G: 2
6- Dipsomania, before menses. G: 3
7- Doubtful, soul’s welfare, of. G: 1 *
8- Dullness. G: 2
9- Excitement. G: 1
10- Exertion, agg, from mental. G: 3
11- Fancies, exaltation of, repulsive, when alone. G: 1
12- Fear, crowd, in a. G:1
- Occupation, of. G: 1 -
- People, of. G: 10
- Work, dread of. G: 1
13- Forgetful. G: 1
- Sleep, during, he remembers all he has forgotten. G: 1
14- Imbecility. G: 1
15- Indifference. G: 1
16- Irritability. G: 1
- Coition, after. G: 1
- Emission, after. G: 1
17- Lasciviousness. G: 2
- Pensamientos con impotencia (Allen) - UR
- Deseo sexual aumentado con impotencia (Kent)
18- Loquacity. G: 2
- Evening. G: 1
- Perspiration, during. G: 2
19- Mania a potu. G: 1
20- Memory, weakness of. G: 2
- Business, for. G: 1
- Labor, for mental. G: 1
21- Mistakes, speaking. G: 1
- Wrong syllables. G: 1
22- Prostration, mind, of. G: 2
- After emissions. G: 2
23- Religious, affections. G: 1 - Fanaticism. G: 1
24- Remorse. G: 1 *
25- Sadness, chill, during. G: 1
- Perspiration, during. G: 1 *
26- Senses, dullness of. G: 1
27- Sensitive, certain persons, to. G: 1
28- Sexual, excesses, mental symptoms, from. G: 1
29- Starting, evening, on falling asleep. G: 2
30- Stupefaction. G: 1
- Rouses, with difficulty. G: 1
31- Suspicious. G: 1*
32- Talking, sleep, in. G: 2
33- Theorizing. G: 2
34- Unconsciousness. G: 1
- Waking on, after. G: 1
35- Weeping, chill, during the. G: 1
AGRUPACIÓN TEMÁTICA
1- Las aversiones (2-3))
2- La concentración (4-5-8-10-14-22-30)
3- La irritabilidad (1-2-3-9-16-19-31)
4- Los miedos (7-11-12-24)
5- La memoria (4-5-8-10-13-14-20-22-30)
6- La Sexualidad (5-6-16-17-22-28)
7- La imaginación (11-17-23-31-33)
8- La comunicación (15-18-21-26-27-30-31-32)
PILARES
1- Los miedos.
2- Las aversiones.
3- La sexualidad.
Antes de abordar la Dinámica Miasmática (DM) de Selenium, vale recordar que es uno de los tantos remedios considerados “chicos” y esto es así, porque de la lectura de las diversas materias médicas se concluye que sólo es dable utilizarlo con relativa seguridad, en el 2° nivel de Fisch, especialmente mediante el recurso a sus Key-notes: pensamientos sexuales con impotencia física (UR) y miedo de su ocupación. Allí el drama existencial Selenium, permanece oculto tras una cortina de síntomas apsóricos. Ahora, basado en los parámetros establecidos por el Instituto J.T. KENT, que fundara Alfonso Masi-Elizalde, intentaremos correr esos velos partiendo de la idea rectora de esta novedosa exégesis: el hombre se pone fuera del orden bien por envidia de un atributo divino y que en tanto ser creado no le corresponde, o por rechazo de un don. De modo que, los correlatos humanos de dichos atributos quedan alterados y disminuidos y esa es nuestra carencia primaria.
Lo primero que nos llama la atención es un pequeño grupo de síntomas sin justificación alguna en la interrelacion del sujeto con su medio y por tanto en relación directa con el sufrimiento puro o:
PSORA PRIMARIA
- Remordimiento: inquietud, pesar interno que queda después de una
mala acción (DRAE)
“Como si” hubiese cometido un crimen. (Culpa)
- Duda de la salvación del alma ( temor al castigo)
- Desconfiado, sospecha de todo. (la pérdida, la carencia) En el fondo este rubro pertenece al tema del Orgullo, ya que el orgulloso no es , como usualmente se cree, aquel que tiene una exagerada e irreal opinión de si mismo, que es mas bien vanidad, sino aquel que sólo confía en si mismo. Así que la carencia fundamental aquí es la pérdida de la confianza en el Creador y más concretamente en nuestra herencia divina, por ello duda de la salvación del alma y de ahí que luego observemos como este selenium orgulloso, que sólo confía en si mismo, se ve obligado a padecer, en su historia concreta y personal, de impotencia y de pérdida súbita de la fuerza y de la coherencia, en el plano del intelecto, por disminución de la memoria y agg. por trabajo mental, trastoca las silabas en las palabras, etc., y en el físico, por la imposibilidad de plasmar y concretar sus deseos por impotencia sexual, semen seroso y sin olor que no tiene capacidad generadora., estéril y sin embargo lo vemos en su mentira egotrófica chorreando semen, que escurre gota a gota, o al defecar, en un gesto que denuncia que su pretendida omnipotencia generadora, que quiere crear como sólo Dios puede, se va por la cloaca. Aquí vemos el síntoma en su función sanadora en la medida en que, a su manera teatral, pone de manifiesto nuestra mentira y por esa vía abre la posibilidad de que algún día y con la ayuda adecuada, podamos encarar y asumir nuestra verdad psórica, es decir, nuestra particularísima manera de estar fuera del orden de la creación, orden cósmico o como queramos llamarlo; reconocimiento y aceptación que son condición sine qua non para religarnos recuperando nuestra condición adánica primigenia.(Ser humano sano de la Homeopatía)
PSORA SECUNDARIA
Notamos luego el subgrupo de los temores y miedos (fobias)
- a las multitudes y aglomeraciones
- a su ocupación y/o trabajo
- a la gente
-
Estos constituyen un primer intento defensivo por proyección de sus fantasmas primarios en el medio concreto y temporal, es decir, que surgen de las vicisitudes de la interacción del sujeto con el medio, son síntomas propiamente históricos y problemáticos, mientras que la psora primaria es ahistórica y metaproblemática, dicho de otra manera, pertenece al orden del misterio, ese que en nuestra tradición judeo-cristiana llamamos pecado original, la mácula o mancha originaria, verdadero estigma de la raza.
PSORA TERCIARIA
Y así, de manera casi imperceptible vemos a nuestro personaje deslizarse ora a la posición Ego y Alterlítica, ora a la Egotrófica cuando al insertarse en el mundo desde su sufrimiento primario, establece su equivocada defensa frente a un medio que constantemente le está retando en su pretendida omnipotencia.
Si el péndulo de la DM asume la esquina Syphilítica lo veremos ejerciendo su aversión a ciertas personas, continuación particularizada de su temor a la gente y que, por supuesto, serán aquellos que con su modo de ser le recuerden su herida. En el mismo sentido se explica su aversión a la compañía, especialmente de sus amigos íntimos, ya que siendo los que mejor le conocen, su sola presencia le lastima la herida en la imaginación, aquello que desea negar ocultándose y huyendo o “destruyendo” a todo aquello que lo acuse. Por ello su confusión mental después del coito, ya que el ejercicio de la sexualidad es un intento por abrirse y comunicarse con el otro, en franca contraposición con su postura de huida y extrañamiento, contradicción que lo lleva al embotamiento y finalmente al agotamiento. Los demás síntomas de esta posición constituyen variaciones cuantitativas de su déficit energético vital: olvidadizo, embotamiento de los sentidos, indiferencia e imbecilidad.
La posición Sycótica se materializa con un menor número de síntomas que, en su conjunto, expresan la agresividad con la que intenta imponerse al medio dominándolo y poder reafirmarse en su sentimiento omnipotente. De aquí se desprende su irritabilidad que lo lleva a establecer respuestas adaptativas exageradas en relación a los estímulos del medio. Su irritabilidad posee, además, dos modalidades interesantes: - después del coito y después de la eyaculación. Por supuesto, ya que el abrazo sexual del egotrófico no es , precisamente, vínculo de comunicación y comunión, si no instrumento de dominación que “cosifica” al otro al convertirlo en “objeto” de su lascivia, dominación que se ve frustrada por la eyaculación precoz y/o la impotencia.
Finalmente, su locuacidad es otra expresión de su estrategia de dominación, ya que utiliza el principal instrumento de comunicación que poseemos, lo cual implica el respeto por la palabra del otro, para acallar al interlocutor, impidiendo su palabra con su locuacidad teorizadora, lenguaje huero, vacío de significación.
PSORA (HIPÓTESIS)
Selenium es esa particular manera de participar en la “caída” del orden de la creación, por la vía de la envidia de la omnipotencia creadora y que, en tanto atributo divino, no le corresponde y por lo mismo se ve forzado a padecer la disminución del correlato humano de dicho atributo, que en Selenium se expresa doblemente, por una parte lesionando su potencia o capacidad de engendrar, en el plano sexual y reproductivo (pensamientos lascivos con impotencia e infertilidad), y por otra parte en la dificultad de plasmar resultados concretos a partir de su labor o trabajo, especialmente intelectual (embotamiento, disminución de la memoria y temor de su propio trabajo).
BIBLIOGRAFÍA
Instituto de Altos Estudios Homeopáticos J.T.Kent, ACTAS
Bernardo Vijnovsky, Tratado de Materia Médica Homeopática.
G.H.G.Jahr, Manual de Materia Médica.
H.C.Allen, Comparaciones de Algunos Medicamentos y Notas Características.
James Tyler Kent, Repertory of the Homoeopathic Materia Médica.