domingo, junio 05, 2011

El Método Diagnóstico y Terapéutico


Antes de comenzar con el análisis del método terapéutico, es necesario conocer y aceptar, desde el empirismo, que el ser humano es un todo integrado, compuesto por 3 planos interconectados: mental/espiritual, emocional/psíquico y físico siendo un eslabón más con el Universo del que es parte. [1]

Teniendo en cuenta que, si una parte del organismo es afectado, en consecuencia se afectará la parte restante, o sea, el Todo…y si somos parte del todo, en alguna medida lo estaremos afectando, según la Ley de Correspondencia. [2]

Tal es así que los humanos en su conjunto alteran el clima, el hábitat, la supervivencia de innumerables especies, logrando un caos energético ambiental que afecta al ser humano en consecuencia.

Así mismo, el estado de salud o enfermedad, va a estar dado por como regula su homeostasis o resiliencia ante el stress, como así también, el Macrocosmos afecta al Microcosmos o a nuestro organismo.

Por lo tanto, las diferencias entre una persona y otra en gran medida va a estar comprendida por:

--Integridad genética y disposición a sufrir determinadas enfermedades.

--Estado de salud mental o emocional de padres y familia.

--Alteración del medio ambiente.

--Estado nutricional.

--Medio socio-económico.

Estos ítems tienen que formar parte directa o indirectamente de la historia clínica, espejo natural del enfermo que va a conformar el rompecabezas a unir para formar una imagen in toto.

Para aplicar la Ley de Semejanza, tan conocida por todos, debemos primero estudiar profundamente la Materia Médica y sus patogenesias, los conocimientos que se heredaron de la alquimia, la transferencia alquímica, los distintos tipos de arquetipos, siendo el más importante el “sí mismo”, uno con el Universo para evaluar el camino o proceso de individuación [3] o como cumplirá con los altos fines de su existencia por el que tanto bregara el maestro Hahnemann.

Fundamental es el conocimiento simbólico relativo a las distintas manifestaciones de la enfermedad en el cuerpo en todos sus planos. [4]

Por último, conocer los elementos de la tabla periódica, [5] cuya suma es el todo, por ende es la base de Todo…debiéndose seguir estudiando y experimentándose porque es el trampolín terapéutico, como así también se lo “ubica” al paciente dentro de un “Universo” que posibilita saber qué lugar ocupa él mismo en su desarrollo de vida o en su estado de bloqueo

El conocimiento de la tabla como veremos más adelante, manifiesta el bloqueo, desarrollo o decadencia de la persona, en sus distintas etapas de vida.

Todo esto con la escucha atenta y el olfato detectivesco marca el camino de la curación.

Es importante, la correcta toma del caso [6] e interpretarla para lograr tal fin.

El o los nombres, así como la profesión, puede “decir” el deseo de los padres y como ha determinado en la persona.

El biotipo o fenotipo lo ubica dentro de un contexto de segundo orden.

Es de gran consideración la vocación desarrollada, a desarrollar o reprimida por diferentes circunstancias.

Jerarquizar que es lo más importante en la vida del paciente, ya que esto conduce al fin de vida, lo que debe hacer para solventar su desequilibrio o que puede realizar según su grado de desarrollo.

Averiguar también su personalidad consciente, carácter, sensibilidad, emotividad, afectos actuales y en la infancia, todo esto en relación a sí mismo y a los demás.

Relación con su entorno y circunstancias, como lo altera la menstruación, en determinados casos el embarazo, parto y lactancia. Aspectos climáticos, modalidades del sueño y sueños recurrentes.

También referido a la alimentación y su sexualidad.

Antecedentes familiares y personales.

Síntomas físicos simbolizados que han alterado su historia de vida. [7]

Todo esto y su profundización, en una o varias entrevistas, en base al interrogatorio da una idea aproximada de la real naturaleza comparable con los elementos de ella estudiados en las distintas Materias Médicas.

Todo este razonamiento serio y honesto invalida a todos los libros y pasquines que estimulan la automedicación, siendo el profesional responsable el único habilitado para bucear en las profundidades del alma humana para curar definitivamente y no una mera supresión sintomática con medicamentos dinamizados de alta eficacia.

Invito al consenso o al disenso para elaborar el camino adecuado en la formación profesional, tal como lo hizo Jan Scholten, quien tuvo la lucidez de ver el “todo” en la tabla periódica como instrumento médico, el cual falta profundizar y experimentar para cumplir con el más alto ideal del médico, que es curar.

BIBLIOGRAFÍA

[1] Vithoulkas, George: Las leyes y principios de la Homeopatía en su aplicación práctica. Edit. Paidós. 1997.

[2] Tres Iniciados. El Kibalion. Edit. Sirio. 2000.

[3] Jung, Carl G. El Hombre y sus Símbolos. Edit. Paidós. 1995.

[4] Souzenelle, Annick de: El Simbolismo del Cuerpo Humano. Edit. Kier. 1997.

[5] Scholten, Jan: Homeopathy and the Elements. Edit. Alonnissos. 1996.

[6] Paschero, Tomás P.: Homeopatía. Edit. El Ateneo. 1991.

[7] Dethlefsen, T y Dahlke, R.: La Enfermedad como Camino. Plaza & Janés. 2004.

jueves, mayo 12, 2011

Reflexiones en torno al problema repertorial


Me es grato publicar estas reflexiones del Dr. Iván Salas-Vergara, que invita a un debate sobre la modalidad y manera de encarar al paciente en su totalidad…

Deja en claro una visión clara que aporta gracias a su formación en la Homeopatía Nouménica, que aborda la singularidad del paciente y su lenguaje que puede ser analizado bajo otra mirada y comprensión…en definitiva, un aventurado camino más hacia la cura de los enfermos.

El ejercicio de la homeopatía presenta serias dificultades y obstáculos en distintos niveles, ya sea por por el grado de atención a los diferentes modos de comunicación del paciente, por la sutileza de la observación desprejuiciada, por la contención y mesura de la palabra del tratante, en fin, por el delicado equilibrio que ella exige en el manejo de sus diferentes momentos y etapas entre razón e intuición, entre ciencia y arte. Aquí quiero referirme, particularmente, a los errores que en la conducción de la anamnesis nos llevan a una mala identificación de los síntomas y/o a la errada trasposición de los mismos al repertorio, lo cual nos conduce a la elección de una inadecuada estrategia repertorial. Como vemos, muchas son las trampas que acechan en la intimidad del acto médico homeopático

Antes de proseguir, deseo aclarar que no participo en la controversia entre los que privilegian la razón sobre la intuición o viceversa y que se expresa, puntualmente, en el animado debate entre los que defienden la repertorización como paso obligado en la toma del caso y los que no.En mi opinión y desde una postura dialógica, integradora y orgánica no es real la exclusión entre estas funciones del alma humana ya que ambas pueden actuar de manera sinérgica, simultánea o alternadamente y sólo una mirada lineal, disyuntiva y reduccionista se plantea este falso dilema que nos impide reconocer que todo el tiempo estamos utilizando ambas funciones anímicas, aunque por momentos, alguna de ellas actúe en segundo plano. Dicho esto, paso al tema planteado.

La inadecuada estrategia repertorial se inicia cuando constreñimos el relato del paciente a los síntomas y rubros representados en el repertorio; cuando aplicamos toda nuestra atención al descubrimiento de síntomas repertorizables al creer que, precisamente por serlo, nos conducirán de manera expedita a la prescripción del

Similimun mediante el recurso a una valoración chata de los mismos, reducida a la sumatoria de unos dígitos más o menos arbitrarios.

De lo anterior no debe deducirse un rechazo al uso de los repertorios, por el contrario, todo homeópata cabal debe conocer profundamente la lógica de su urdimbre y desarrollar la mayor experticia en la precisión de los síntomas y en la justeza de la valoración de los mismos y su jerarquización. Lo que aquí señalo es la deformación de nuestra capacidad de escucha y, como consecuencia de ello, de la interpretación contextualizada del relato del paciente, lo que nos lleva a privilegiar los síntomas en vez de atender la historia que cuentan, esa que circula por los entresijos y silencios de su palabra. Es como si - si cabe el ejemplo – al leer una novela, pusiéramos el énfasis en ciertas palabras aisladas y sólo viésemos los sustantivos y los verbos, omitiendo adjetivos y conjunciones y adverbios, etc., lo cual nos impediría extraer el sentido de las frases, el propósito que les subyace y surge del ritmo, de la atmósfera del texto en su integridad. No debemos olvidar, pues, que los síntomas no constituyen un fin en sí mismos sino que son el medio, el vehículo mediante el cual cada sujeto intenta expresar su desencuentro existencial. Ellos cuentan, en conjunto, la novela del paciente, vale decir, un argumento vital, un sentido y una intención.

La novedosa exégesis de la Materia Médica propuesta por Masi Elizalde, nos enseñó que numerosos síntomas son comunes a diferentes medicamentos y ello nos obliga a admitir que aunque idénticos en su forma, en verdad traducen algo bien diferente en el contexto de la historia de cada sujeto o medicamento. Así, la coquetería y la seducción de Lachesis obedecen a la necesidad de ser admirada mientras en Pulsatilla a la necesidad de huir del sentimiento de abandono. El carácter agitado y violento de Taréntula obedece a motivaciones distintas a las de Chamomilla o la ilusión de ser insultado de Palladium es totalmente distinta de la de Alcoholus. Es decir, que no existen síntomas rigurosamente idénticos cuando se los interpreta desde la perspectiva del sentido y de la totalidad sintetizada en la intención central alrededor de la cual el sujeto estructura su estrategia vital.Dicho de manera concisa: en rigor todo síntoma es exclusivo.

Entonces, hay algo que es anterior, que precede a los síntomas y ello es la singularidad del sujeto (su psora, absolutamente endógena y metahistórica) la cual determina el significado de los mismos y su peso específico en el contexto de la biopatografía personal. Ahora bien, admitir esto implica rechazar de plano la absurda teoría que plantea la psora como subproducto de la supresión de la sarna o de la escabiosis o de cualquier otro exantema, pero ese es otro asunto que abordaremos en otro momento. Así, no debemos perder de vista la noción de que conceptos tales como los de totalidad sintomática, o síndrome mínimo de valor máximo, o los key notes y las diversas formas de puntuación repertorial, así como la variedad de métodos de valoración de los síntomas y modos de prescripción, constituyen instrumentos técnicos al servicio de la identificación de esa singularidad. Entonces resumiendo, el principio de semejanza debe ser aplicado a aquello que el sujeto es, no a lo que el enfermo presenta.

Coherentemente con estos planteamientos, la escuela de Homeopatía Nouménica que fundara Masi Elizalde, propone la formación de ejes temáticos que aglutinen síntomas en torno a si y luego resumir mediante agrupamientos temáticos hasta concluir en pilares que expresan en su concisión los elementos fundamentales que circulan en la dinámica miasmática, es decir la manera particularísima como cada sujeto ataca y se defiende de las vicisitudes que el medio le propone, constituyendo todo ello la estrategia de vida o “manera equivocada de estar consecuencia, a su vez, de la idea errada de ser”.(Bandoel)

El troquelado recibido en las escuelas médicas del sistema dominante, nos lleva a pensar como clínicos en permanente confrontación con lo patológico según la nosografía al uso, mientras que en tanto Homeópatas debemos dirigir nuestra actuación a la singularidad del sujeto paciente, lo cual implica que el síntoma debe ser redefinido como todo aquello que traduzca las peculiaridades del sujeto sin la obligatoriedad de que sea algo patológico y, es por eso, que no es necesario que el paciente presente sintomatología clínica, es decir, que esté enfermo, para poder realizar su diagnóstico medicamentoso; así, la simple ocupación o los pasatiempos constituyen una buena guía al respecto, una tejedora puede revelar a Sepia, una danzarina a Taréntula, una actriz o pitonisa a Lachesis, un juez de paz a Natrum carbónicum egotrófico(sycósico) y el mal gusto en el vestir al Natrum carbónicum egolítico(syphilítico), el escultor a Alúmina, el coleccionista de relojes a Argentum nitricum, así también la forma de vestir, la manera de hablar , en fin, todo aquello que traduzca la posible conformación psórica puede ser asumido como síntoma. Es la idea que de manera concisa expresamos arriba así: el principio de semejanza debe ser aplicado a aquello que el sujeto es, no a lo que el enfermo presenta.

Estas son algunas ideas, apretadamente expuestas a modo de invitación al debate crítico y respetuoso, que intento aplicar en mi práctica cotidiana, intentando vencer la dificultad propia de este ejercicio y mis humanas limitaciones y en esa apuesta me recompensa el disfrute del intento mismo y la resonancia con el legítimo espíritu de la homeopatía que nos legara el sabio maestro de Meissen.

DR. IVAN SALAS VERGARA

ivansave@gmail.com

06/V/2011

domingo, mayo 01, 2011

La Nueva Homeopatía


¡La medicina clásica ha fracasado!

No previene un trastorno cuando se instala, aplica medicación de por vida, o sea, no cura.

Lo vemos en personas hipertensas, diabéticas, cardiópatas, artrósicas, renales, etc., toda una lista de enfermedades crónicas no resueltas.

Las vacunas a virus vivos instalan más enfermedades latentes, si estos virus mutan o el sistema de defensa colapsa, se generan nuevas enfermedades, más medicinas… ¡Buen negocio para la industria farmacéutica!

¡Urge un nuevo Paradigma!

La visión mecanicista de la medicina clásica es útil para describir todo tipo de fenómenos físicos, gracias al aporte de la tecnología que se ha desarrollado en la medida en que el médico medio va perdiendo la capacidad de adaptarse a un nuevo tiempo.

La aparatología puede registrar el funcionamiento de un órgano, pero no su parte constitutiva, la energía que lo hace funcionar.

Hahnemann, el descubridor de la Homeopatía, tuvo el coraje de hacer un cambio paradigmático, supo percibir el efecto de las sustancias en una persona sana en forma empírica, tal como ha hecho siempre la medicina oficial. Mas pudo dar un orden al caos, todo un “orden implicado” que dio origen a un movimiento dinámico el cual se ha modificado en el tiempo, pero ahora es necesario darle un nuevo orden…

En principio, hay que reconocer que la medicina oficial es racional; en la enfermedad aísla el órgano, la enfermedad viene de afuera o es heredada.

La Homeopatía es más intuitiva, porque el proceso de creación del ser humano comienza con la intuición y luego aparecen conceptos, sentimientos, imágenes, formas y finalmente una manifestación física. La intuición es la clave para iniciar el proceso de creatividad. [1]

El homeópata es capaz de ver el todo, al menos esa debe ser su formación; ver la relación que hay entre una parte y el todo, simbolizar los síntomas. En vez de pensar en función de la estructura hay que pensar en función del proceso. Todo es dinámico, un dinamismo interconectado. Por tal motivo, hay que dejar atrás la teoría relativista, en que todo es según el observador a lo observado.

El médico está unido al paciente por múltiples canales, todo está dentro del Universo y de lo que se trata es de comprenderlo…

Hay que erradicar la idea in mente, de las leyes o procesos fundamentales, las cosas existen en virtud de sus “relaciones mutuas”.

Las propiedades de una parte dependen de las propiedades de otras partes. Por lo tanto, ya nada es absoluto, tal vez, aproximado. Somos parte del todo y no ajenos a él…al Universo. [2]

Comprendido esto, podemos entender y aplicar con similitud una terapéutica apropiada.

Deben recuperarse los conocimientos de civilizaciones antiguas, el de los chamanes, fitoterapeutas que interpretan las propiedades del reino vegetal. Tal como hizo Paracelso, que aplicó los conocimientos de Oriente, Hahnemann, estudió mineralogía, física y química para ordenar los elementos constitutivos para estudiarlos y aplicarlos. Al igual que Jung quien estudió los símbolos antiguos dentro de un inconsciente colectivo. [3]

Hay que enseñar menos repertorización y agregar estas materias. Todo este estudio repertorizado debe ser un complemento, aceptando sus falencias e imperfecciones. La epistemología debe ser más importante que el empirismo, base elemental para comprender al ser humano.

Es menester comprender y ubicar al paciente en su desarrollo madurativo, bloqueado según sus circunstancias de vida, que le impiden madurar adecuadamente en pos del deseo de otros o del suyo no realizado o vedado.

Ver cuál es su lugar dentro del Cosmos, el espacio-tiempo según sus características, vivencias, valores, manera de ser y sufrir.

Cómo está modalizado según sus circunstancias.

Saber cuál es su vocación, su sentido y fin de vida, lo ubica en un punto de desarrollo necesario para un pronóstico mejor.

De la misma manera hay que estudiar los elementos dinamizables como lo hizo Jan Scholten, que entendió que el todo es la tabla periódica, donde nada es al azar en su conformación y propiedades. Hay una perfecta similitud entre los valores de cada elemento, el desarrollo por etapas, el sentido de menor a mayor, de izquierda a derecha y la apetencia de uno sobre el otro modalizándolo, da una idea de ser semejante al sufrir del paciente. [4]

Tanto Jan Scholten como Rajan Sankaran, estudiaron los componentes minerales en los vegetales como para ampliar el campo terapéutico.

Ya se sabía antiguamente la relación entre magnesia phosphórica y colocynthis, lobelia, symphitum, stramonium, etc. [5]

En definitiva, hay todo un mundo por ser descubierto. El médico debe estar preparado cuando no se cumple la ley de curación, porque tal vez no hay ley, no hay dos pacientes iguales, no todos responden a la medicación o a las potencias habituales, hay circunstancias, naturalezas diferentes, bloqueos, malformaciones o mutaciones genéticas por enfermedades o inmunizaciones, etc.

Es por eso que los médicos deben cambiar su visión y formación académica.

En el Universo, nada es casual, todo es causal. A cada acción le corresponde una acción, todo es dinámico, el Todo es ahora…

Bibliografía

[1] Sanderson Beck, Life as a whole: Principles of Education Based on a Spiritual Philosophy of Love (1987)

[2] Capra, Fritjof: El Tao de la Física. Edit. Sirio. 2000

[3] Jung, Carl G.: El Hombre y sus Símbolos. Paidós. 1995

[4] Scholten, Jan: Homeopathy and the Elements. Alonissos. 1980

[5] Lathoud: Materia Médica Homeopática. Edit. Albatros. 1991

Estudio Miasmático de Selenium


El Dr. Iván Salas-Vergara, colombiano y un gran profesional, me pidió la publicación del presente trabajo, al cual accedí con el objeto de compartir tan rico y excelente material, como también otra visión y comprensión de un medicamento aplicable a determinados pacientes. Otra razón es la manera prolija y clara de explicar las bases fundamentales filosóficas del encuadre aristotélico-tomista, que aplicaba el ya fallecido Profesor Dr. Alfonso Masi Elizalde (ver foto) en su escuela de altos estudios homeopáticos.

También una nueva visión para seguir pensando juntos…


INTRODUCCION

La Psora es sufrimiento puro. La Sycosis y la Syphilis constituyen intentos defensivos equivocados y, por tanto, fallidos, mediante los cuales tratamos de no sufrir. La Psora es lo real en el hombre. La Syphilis y la Sycosis son lo que el hombre supone que es su realidad. La Psora es el sujeto y la condición humana en su desnudez. La Sycosis y la Syphilis son el ropaje, el personaje, en fin, la sombra, ora alargada, ora menguada que danza su ficción en el escenario del mundo. Pero no nos confundamos, el personaje es la representación, lo representado es otra cosa; detrás de la puesta en escena, detrás del personaje está el hombre real, el hombre que padece y cuando se decide a abandonar su defensa y se convierte en si mismo, aparece desolado, desprotegido, lleno de miedo y de ansiedad, de culpa y de vergüenza. Entonces y sólo entonces, puede a través de eso que Jung llamó proceso de individuación y que el simillimun es capaz de poner en vigencia, encarar la responsabilidad de su propia muerte en vida, en tanto ficción o personaje. Ahí, en la posición psórica, el hombre vive en el desasosiego que le produce la conciencia de su propia fugacidad, de su pequeñez frente a la infinita y despiadada belleza del mundo, de la inutilidad de su vida y de su impotencia para hacer “algo” que deje un rastro o al menos una huella, siquiera, de su existencia. Ahí, también, tiene una sensibilidad sin fronteras y, por lo mismo, abierta a todas las impresiones, que no discrimina, casi una hipersensibilidad de desollado; se siente vulnerable y sin embargo, se abre buscando receptivo e indeciso. ¿Qué será de este ser humano psórico? ¿Resistirá eso que sintéticamente llamamos angustia existencial o se doblegará ante la abrumadora sensación de abandono y soledad, bajo el peso de sus miedos y vergüenzas?

Humanizarse es asumir nuestra dramática condición, vulnerable y abierta, sensible y desasosegada pero que aun conserva, como promesa de redención, un cierto nivel de comunión con el alma del mundo, con la sacralidad de la vida. Pero la sombra, esa caricatura de lo real, esa si puede vivir “como si” pudiese imponerse y sojuzgar, desde su pedestal imaginario, a los demás para obtener, por esa vía, la ilusoria omnipotencia que requiere para someter y negar al otro, lo Otro, reafirmándose en su error primigenio para finalmente adormecerse en el espejismo de su supuesta inmortalidad. O, ya en el otro extremo del péndulo miasmático, “como si” pudiese prescindir del otro y huir del mundo mientras se embriaga en su veneno negándose a vivir para no tener que morir algún día. La egotrofia y la egolisis (Sycosis y Syphilis de la nomenclatura clásica) nos encadenan a la equivocación perpetua, al extrañamiento ya que estas posiciones no pueden cambiar ni reconciliar la intención psórica o “idea errada de ser” de la que hablara la doctora Bandoel y que nos obliga, como una fuerza oscura e ineludible, a una “manera equivocada de estar”.

Demos una mirada al Egotrófico: estos siempre están en la búsqueda de un plus que les de más poder, más respetabilidad, más dinero, más brillo social o académico; su obsesión es la imagen, la reputación. Parecen satisfechos de sus vidas, de sus logros, de sus opiniones; si no fuera porque la maestra vida les propina unos cuantos fracasos, nada podría desalojarlos de su rol de triunfadores, de su aparente bienestar y de su falsa bonhomía. Ellos son ejecutivos y prácticos, ambiciosos de duro corazón, gesto agresivo y mirada fría; aspiran a la constante y creciente satisfacción de sus deseos, a imponer siempre su voluntad y dominar, en suma, sin restricciones. Nada los puede afectar, excepto que se dude de su conducta o de su personalidad superior. Debemos aprender a descubrir detrás de esta caricatura, al hombre real que pretende ocultar por la vía del “hiper” su drama, su sufrimiento psórico, lo cual no es nada fácil ya que la egotrofia, franca o embozada, se parece demasiado a las actuales expectativas sociales y culturales acerca del éxito.

Miremos ahora hacia la Egolisis: estos también participan de la misma tragedia, solo que desde otra perspectiva menos apetecible y glamorosa, según la idea vigente en nuestra cultura moderna acerca de la actitud “correcta” para el éxito. Ellos están hastiados y sumamente cansados, sólo desean olvidar, fugarse y dormir. La vida es, para ellos, demasiado pesada y onerosa y si acaso pueden soportarla arrastrando el fardo de su sufrimiento, es de manera aburrida y rutinaria, por ello no les parece que merezca la pena de ser vivida. Muchos de ellos caen en el alcoholismo y la drogadicción, otros sucumben en la perversión psicosexual; en la infancia ya es notoria su crueldad con indefensos animales y su cobardía. En Alterlisis son violentos, criticones y practican todas las formas del irrespeto y la insolencia, mientras en sus sueños asesinan y cometen toda clase de vejaciones. Bebedores solitarios, desconfiados y sarcásticos van por los rincones del mundo acompañados del polvo y el olvido. Conocedores de todas las formas de suicidio: social, profesional y físico, viven vidas atribuladas y difíciles. Para ellos solo hay despecho en los amores, desaliento en la voluntad y desesperanza en el ánimo.

La clave del acto médico homeopático es la historia biopatográfica. Ella nos permite, en el marco de una relación dialógica y empática, comprender al sujeto de esa historia, para poder disolver el espejismo de esta doble defensa fallida y el paciente pueda atravesar su sombra, para finalmente descubrirse en su esencia psórica, en su humanidad. Nuestra tarea es acompañar al sujeto paciente en la lectura lúcida, solidaria y emocionada de esa historia de la desmesura, la imprevisión y lo siniestro. Ahora bien, en latencia la Psora por la acción del simillimum, el hombre dispone de la libertad necesaria para decidir si encara su “natural destino de eternidad”, en tanto hijo de estirpe divina, o no; si en vigencia la Psora, entonces carece de libertad y permanece encadenado al “espejismo de la inmortalidad”, en tanto personaje, en tanto sombra Psorosycósico o Psorosyphilítico. Ah! pero los homeópatas que aspiramos hacer homeopatía y no homeoterapia, hemos aprendido a crear las condiciones para que el paciente se abra y asuma la tarea, pero el palo en la rueda para todo aquel que acepta que lo digno de ser curado es la Psora, es que no tenemos una Materia Médica Miasmática (MMM) porque, aunque declaremos lo contrario, las Materias Médicas (MM ) existentes han sido estructuradas en torno a un modelo antropológico y hermenéutico reduccionista, inorgánico y, por tanto, profundamente materialista. Lo que sigue es un aporte a este movimiento, apenas embrionario, hacia una MMM, es decir, psórica, que nos permita alcanzar por la vía de la certeza y no del azar, el desideratum terapéutico que planteaba el sabio maestro de Meissen expresado en “sensaciones que produzcan felicidad, acciones que ensalcen la dignidad y conocimientos que abarquen el universo creado por el Dios que adoran los habitantes de todos los sistemas solares” y que sólo el simillimun permite avizorar.

JUSTIFICACIÓN

Los homeópatas del mundo solemos tener un stock de medicamentos, una pequeña farmacia en nuestros consultorios y todos sabemos cuales son aquellos, veinte o veinticinco remedios, cuyos frascos debemos renovar con rutinaria frecuencia mientras que la mayor parte del resto envejece sin que sus sellos hayan sido levantados jamás; pero siempre que me detengo a revisarlos me gritan desde su silencio ambarino que ellos también son parte del esplendente propósito de la homeopatía, de la promesa que yace allí esperando ser descubierta y aplicada. Y al igual que la mayoría de homeópatas intelectualmente honestos, somos testigos de la irregularidad de los resultados que desvían del camino del unicismo a muchos potencialmente buenos homeópatas, quienes terminan ejerciendo una especie de homeoterapia alopática, entre complejos y drenadores y sometiendo al paciente a la regadera supresora del más atroz eclecticismo “interdisciplinario”; ejercen atrapados en el tinglado de la nosografía al uso con esos escasos recursos farmacológicos. Pues bien, allí en esas potencias desconocidas también está la Psora, la Syphilis y la Sycosis, allí yace gran parte de la humanidad encerrada en esos frasquitos con sus gestos y dolores, con sus aspiraciones y temores, con su risa y su llanto. Debemos, pues, aprender a leer la novela de esos medicamentos como leemos ya la de nuestros pacientes, para que cada vez con mayor frecuencia podamos decir, después de escuchar a nuestros pacientes, esta historia ya la he leído. Demos, pues, una ojeada a esa porción del drama humano que Selenium nos relata.

MATERIA MÉDICA NOUMÉNICA

SELENIUM es un oligoelemento (OE) descubierto en 1818 por Berzelius y denominado así en honor de la Luna (Selene). En estado natural se encuentra siempre asociado al TELLURIUM. La primera experimentación patogenética fue llevada a cabo por HERING en 1834 y publicados los resultados en los Archivos Homeopáticos.

Cada día aparecen nuevas publicaciones científicas acerca de la importancia de los OE en diversos pasos metabólicos, para el adecuado funcionamiento del sistema inmune, para un normal proceso de envejecimiento y en la prevención de diversas dolencias de la nosografía convencional, como resultado de su capacidad antioxidante y nutritiva. Muchos de ellos son medicamentos homeopáticos más o menos bien experimentados desde varias décadas atrás.

Para el estudio de la Dinámica Miasmática de Selenium tomamos como fuente los síntomas mentales del mismo en el Repertorio Kent y la Materia Médica de Jahr, las Comparaciones y Key-notes de H.C.Allen y el Tratado de MM de Bernardo Vijnovsky, para un total de 35 rubros.

LOS TEMAS

1- Ailments after anger, vexation. G:1

2- Aversion, person, to certain. G: 1

3- Company, aversion to. G: 2

- Friends, of intimate. G: 2

4- Concentration, difficult. G: 2

5- Confusion, of mind, coition, after. G: 1

- Emission, after. G: 2

6- Dipsomania, before menses. G: 3

7- Doubtful, soul’s welfare, of. G: 1 *

8- Dullness. G: 2

9- Excitement. G: 1

10- Exertion, agg, from mental. G: 3

11- Fancies, exaltation of, repulsive, when alone. G: 1

12- Fear, crowd, in a. G:1

- Occupation, of. G: 1 -

- People, of. G: 10

- Work, dread of. G: 1

13- Forgetful. G: 1

- Sleep, during, he remembers all he has forgotten. G: 1

14- Imbecility. G: 1

15- Indifference. G: 1

16- Irritability. G: 1

- Coition, after. G: 1

- Emission, after. G: 1

17- Lasciviousness. G: 2

- Pensamientos con impotencia (Allen) - UR

- Deseo sexual aumentado con impotencia (Kent)

18- Loquacity. G: 2

- Evening. G: 1

- Perspiration, during. G: 2

19- Mania a potu. G: 1

20- Memory, weakness of. G: 2

- Business, for. G: 1

- Labor, for mental. G: 1

21- Mistakes, speaking. G: 1

- Wrong syllables. G: 1

22- Prostration, mind, of. G: 2

- After emissions. G: 2

23- Religious, affections. G: 1 - Fanaticism. G: 1

24- Remorse. G: 1 *

25- Sadness, chill, during. G: 1

- Perspiration, during. G: 1 *

26- Senses, dullness of. G: 1

27- Sensitive, certain persons, to. G: 1

28- Sexual, excesses, mental symptoms, from. G: 1

29- Starting, evening, on falling asleep. G: 2

30- Stupefaction. G: 1

- Rouses, with difficulty. G: 1

31- Suspicious. G: 1*

32- Talking, sleep, in. G: 2

33- Theorizing. G: 2

34- Unconsciousness. G: 1

- Waking on, after. G: 1

35- Weeping, chill, during the. G: 1

AGRUPACIÓN TEMÁTICA

1- Las aversiones (2-3))

2- La concentración (4-5-8-10-14-22-30)

3- La irritabilidad (1-2-3-9-16-19-31)

4- Los miedos (7-11-12-24)

5- La memoria (4-5-8-10-13-14-20-22-30)

6- La Sexualidad (5-6-16-17-22-28)

7- La imaginación (11-17-23-31-33)

8- La comunicación (15-18-21-26-27-30-31-32)

PILARES

1- Los miedos.

2- Las aversiones.

3- La sexualidad.

Antes de abordar la Dinámica Miasmática (DM) de Selenium, vale recordar que es uno de los tantos remedios considerados “chicos” y esto es así, porque de la lectura de las diversas materias médicas se concluye que sólo es dable utilizarlo con relativa seguridad, en el 2° nivel de Fisch, especialmente mediante el recurso a sus Key-notes: pensamientos sexuales con impotencia física (UR) y miedo de su ocupación. Allí el drama existencial Selenium, permanece oculto tras una cortina de síntomas apsóricos. Ahora, basado en los parámetros establecidos por el Instituto J.T. KENT, que fundara Alfonso Masi-Elizalde, intentaremos correr esos velos partiendo de la idea rectora de esta novedosa exégesis: el hombre se pone fuera del orden bien por envidia de un atributo divino y que en tanto ser creado no le corresponde, o por rechazo de un don. De modo que, los correlatos humanos de dichos atributos quedan alterados y disminuidos y esa es nuestra carencia primaria.

Lo primero que nos llama la atención es un pequeño grupo de síntomas sin justificación alguna en la interrelacion del sujeto con su medio y por tanto en relación directa con el sufrimiento puro o:

PSORA PRIMARIA

- Remordimiento: inquietud, pesar interno que queda después de una

mala acción (DRAE)

“Como si” hubiese cometido un crimen. (Culpa)

- Duda de la salvación del alma ( temor al castigo)

- Desconfiado, sospecha de todo. (la pérdida, la carencia) En el fondo este rubro pertenece al tema del Orgullo, ya que el orgulloso no es , como usualmente se cree, aquel que tiene una exagerada e irreal opinión de si mismo, que es mas bien vanidad, sino aquel que sólo confía en si mismo. Así que la carencia fundamental aquí es la pérdida de la confianza en el Creador y más concretamente en nuestra herencia divina, por ello duda de la salvación del alma y de ahí que luego observemos como este selenium orgulloso, que sólo confía en si mismo, se ve obligado a padecer, en su historia concreta y personal, de impotencia y de pérdida súbita de la fuerza y de la coherencia, en el plano del intelecto, por disminución de la memoria y agg. por trabajo mental, trastoca las silabas en las palabras, etc., y en el físico, por la imposibilidad de plasmar y concretar sus deseos por impotencia sexual, semen seroso y sin olor que no tiene capacidad generadora., estéril y sin embargo lo vemos en su mentira egotrófica chorreando semen, que escurre gota a gota, o al defecar, en un gesto que denuncia que su pretendida omnipotencia generadora, que quiere crear como sólo Dios puede, se va por la cloaca. Aquí vemos el síntoma en su función sanadora en la medida en que, a su manera teatral, pone de manifiesto nuestra mentira y por esa vía abre la posibilidad de que algún día y con la ayuda adecuada, podamos encarar y asumir nuestra verdad psórica, es decir, nuestra particularísima manera de estar fuera del orden de la creación, orden cósmico o como queramos llamarlo; reconocimiento y aceptación que son condición sine qua non para religarnos recuperando nuestra condición adánica primigenia.(Ser humano sano de la Homeopatía)

PSORA SECUNDARIA

Notamos luego el subgrupo de los temores y miedos (fobias)

- a las multitudes y aglomeraciones

- a su ocupación y/o trabajo

- a la gente

-

Estos constituyen un primer intento defensivo por proyección de sus fantasmas primarios en el medio concreto y temporal, es decir, que surgen de las vicisitudes de la interacción del sujeto con el medio, son síntomas propiamente históricos y problemáticos, mientras que la psora primaria es ahistórica y metaproblemática, dicho de otra manera, pertenece al orden del misterio, ese que en nuestra tradición judeo-cristiana llamamos pecado original, la mácula o mancha originaria, verdadero estigma de la raza.

PSORA TERCIARIA

Y así, de manera casi imperceptible vemos a nuestro personaje deslizarse ora a la posición Ego y Alterlítica, ora a la Egotrófica cuando al insertarse en el mundo desde su sufrimiento primario, establece su equivocada defensa frente a un medio que constantemente le está retando en su pretendida omnipotencia.

Si el péndulo de la DM asume la esquina Syphilítica lo veremos ejerciendo su aversión a ciertas personas, continuación particularizada de su temor a la gente y que, por supuesto, serán aquellos que con su modo de ser le recuerden su herida. En el mismo sentido se explica su aversión a la compañía, especialmente de sus amigos íntimos, ya que siendo los que mejor le conocen, su sola presencia le lastima la herida en la imaginación, aquello que desea negar ocultándose y huyendo o “destruyendo” a todo aquello que lo acuse. Por ello su confusión mental después del coito, ya que el ejercicio de la sexualidad es un intento por abrirse y comunicarse con el otro, en franca contraposición con su postura de huida y extrañamiento, contradicción que lo lleva al embotamiento y finalmente al agotamiento. Los demás síntomas de esta posición constituyen variaciones cuantitativas de su déficit energético vital: olvidadizo, embotamiento de los sentidos, indiferencia e imbecilidad.

La posición Sycótica se materializa con un menor número de síntomas que, en su conjunto, expresan la agresividad con la que intenta imponerse al medio dominándolo y poder reafirmarse en su sentimiento omnipotente. De aquí se desprende su irritabilidad que lo lleva a establecer respuestas adaptativas exageradas en relación a los estímulos del medio. Su irritabilidad posee, además, dos modalidades interesantes: - después del coito y después de la eyaculación. Por supuesto, ya que el abrazo sexual del egotrófico no es , precisamente, vínculo de comunicación y comunión, si no instrumento de dominación que “cosifica” al otro al convertirlo en “objeto” de su lascivia, dominación que se ve frustrada por la eyaculación precoz y/o la impotencia.

Finalmente, su locuacidad es otra expresión de su estrategia de dominación, ya que utiliza el principal instrumento de comunicación que poseemos, lo cual implica el respeto por la palabra del otro, para acallar al interlocutor, impidiendo su palabra con su locuacidad teorizadora, lenguaje huero, vacío de significación.

PSORA (HIPÓTESIS)

Selenium es esa particular manera de participar en la “caída” del orden de la creación, por la vía de la envidia de la omnipotencia creadora y que, en tanto atributo divino, no le corresponde y por lo mismo se ve forzado a padecer la disminución del correlato humano de dicho atributo, que en Selenium se expresa doblemente, por una parte lesionando su potencia o capacidad de engendrar, en el plano sexual y reproductivo (pensamientos lascivos con impotencia e infertilidad), y por otra parte en la dificultad de plasmar resultados concretos a partir de su labor o trabajo, especialmente intelectual (embotamiento, disminución de la memoria y temor de su propio trabajo).

BIBLIOGRAFÍA


Instituto de Altos Estudios Homeopáticos J.T.Kent, ACTAS

Bernardo Vijnovsky, Tratado de Materia Médica Homeopática.

G.H.G.Jahr, Manual de Materia Médica.

H.C.Allen, Comparaciones de Algunos Medicamentos y Notas Características.

James Tyler Kent, Repertory of the Homoeopathic Materia Médica.

domingo, enero 02, 2011

EN EL NOMBRE DEL PADRE...

Colabora: Lic. Marta Fortunato

RESUMEN
El escrito presente, analiza el caso clínico de un niño de 5 años, con pocos síntomas repertorizables dando lugar a otro tipo de análisis: que quiere decir el paciente con su síntoma, y que simboliza con sus acciones como para comprender el remedio que también puede ser simbolizado.

Se presenta en el consultorio una madre acompañada por su hijo de 5 años de edad, el menor de 7 hijos, sin antecedentes patológicos de consideración y un normal desarrollo motriz.
El motivo de la consulta es por los repetidos accidentes que genera, a partir del convencimiento de que es una persona adulta. Sin registro de la autoridad, se lanza a situaciones de peligro, exponiendo su vida jugando con fuego, gas, ingestión de remedios, venenos, trepando por balcones, con el mismo intento durante la consulta.
A sí mismo, se muestra caritativo con gente humilde y desamparada, dando dinero o comida. Sin poder obtener otro dato personal peculiar o repertorizable, surge del interrogatorio que, luego del nacimiento, el padre a raíz de la pérdida de su trabajo, es tratado por un cuadro depresivo importante, estando 3 años desocupado. En ese transcurso el niño se pasaba todas las noches de habitación, hacia el lugar del padre… En este caso, donde la repertorización no conduce a nada, hay que aplicar un método deductivo, a través de lo que quiere decirnos el paciente con su sintomatología que se pueda simbolizar.

ANALISIS DEL CASO
1) A pesar del fracaso de otros tratamientos psicológicos, psiquiátricos, reuniones escolares, etc., no viene acompañado por su padre. Por lo tanto, se toma en consideración la función del padre, como genitor, dador del nombre (apellido), quien impone su ley, porque el padre se interpone en el deseo incestuoso de la madre por el niño, dictándole la ley a la madre también: “no reintegrarás tu producto” (al hijo), ley que también la tiene incorporada el padre por su progenitor. [1] Luego del período simbiótico madre-hijo, llamado “alienación”, el padre con su ley permite la “separación” del binomio; evitando así la ley materna, en que todo es posible, se transgrede… [2] Dando pie a la siguiente pregunta: ¿Cuál fue la causa de la depresión paterna, que motivó la ausencia en los primeros estadíos de vida? Respuesta: siempre tuvo la ambición de tener una buena posición, para ayudar a su familia…
2) Es una familia de religión judía practicante en todos sus aspectos, donde la transgresión de la ley o mandamientos, forma el arquetipo de la Ley del Padre, simbolizado por el oro. En Éxodo: 32-34; se explican los acontecimientos del pueblo hebreo en su salida de Egipto en la búsqueda de la tierra prometida siguiendo a su líder. Al ver el pueblo que Moisés tardaba en descender del Monte, ellos se congregaron ante Aarón, hermano de Moisés, a pedido de todos, juntó todo el oro de su pueblo fundiéndolo para erigir un becerro al que luego adoraron… La reacción de Moisés, ante tal espectáculo, fue volver a fundir el falso Dios, molerlo hasta reducirlo a polvo, esparciéndolo en el agua y ésta se la dio a tomar a todo el pueblo, quedando él a expiar los pecados y su pueblo a no conocer la tierra prometida hasta una nueva generación. Quedando el oro como símbolo de la transgresión a la ley.
3) La actitud caritativa del niño, puede leerse como la moneda de cambio a la transgresión de la ley. Queriendo decir, por un lado transgredo y por otro cumplo con lo que haría “feliz” a mi padre…sosteniéndolo.
Según el diccionario de la RAE, nos dice de la LEY: -Regla y norma constante. -Precepto, dictado por la suprema autoridad. Lealtad, fidelidad. -Sinón: regla, uso, norma, precepto, prescripción, mandato, mandamiento. -Religión: cariño, amor, afecto, fidelidad, lealtad. Caridad.
Para Grandgeorge, Aurum cree que es el sol, que es Dios, y quiere ser el amo de la vida y de la muerte y decidir según su criterio. Es el remedio del niño que rechaza la ley del padre. Peleón, desafía los peligros y más tarde intenta acumular oro para ser el padre-dios, y así dispensar sus “bienaventuranzas” a su alrededor como el sol que regala sus rayos. De hecho, solamente quiere seguir su ley. [3] Este remedio corresponde a los niños temerarios, inclinados a transgredir la ley del padre. El padre físico, el progenitor que interviene en la relación inicial fusional madre-hijo y que aporta prohibiciones, barreras que limitan pero protegen al niño. Son, además, niños autoritarios, coléricos pero generosos: les gusta tener dinero, pero sobre todo para que su entorno saque provecho de ello. [4]
Para R. Sankaran, expresa lo siguiente cuando hace la comparación con Silícea. Las circunstancias que crean el estado de Silícea indican que actúa de primogénito de la familia. El primogénito es el que lleva la antorcha, es el que hará respetar el nombre de la familia en el futuro, el príncipe. El príncipe tiene una terrible imagen a respetar. La gente hace quizás presión sobre el segundo o el tercer niño pero toda la atención se concentrará sobre el príncipe. Es así que Silícea está próximo a Aurum metallicum porque Aurum metallicum es también el primogénito. La diferencia es que Silícea es consciente de su imagen mientras que Aurum metallicum tiene el sentido del deber. Silícea no tiene la responsabilidad de toda la familia. La materia médica de Aurum metallicum indica que su supervivencia depende de la realización de sus deberes. Aurum metallicum es el primogénito de una familia donde el padre ha muerto. La sociedad acusará a Aurum metallicum si no se ocupa de sus hermanos y hermanas. Así la supervivencia de Aurum metallicum depende de su capacidad de ser un hombre de moral. Sacrifica sus intereses por los de su familia. Educa la familia, la cuida. Es el primogénito en el que el sentido del deber es pronunciado; es rígido en sus pensamientos, posee un sentido moral y es concienzudo. El sentido del deber de Aurum metallicum está ausente en Silícea. A Aurum metallicum le atañen más sus propios fallos y cómo los percibe. Verifica siempre si lo que ha hecho está bien, porque su supervivencia depende de esto, y no de la forma que aparece ante los otros. Como consecuencia no es tímido cuando aparece en público. Si él es honesto y cumple con su trabajo, está tranquilo. Así los sentimientos de culpabilidad, el sentido moral, la religiosidad están muy pronunciados en Aurum metallicum. "Si hago mi trabajo convenientemente, no puede nadie reprocharme". Es el estado de Aurum metallicum. Aurum metallicum está también muy cerrado respecto a sus principios. Su sistema de valores es muy estricto e impone los mismos valores a los otros, se describe esto por la rúbrica "Dictador". [5]
Para Vila i Alcalde, Aurum es el “sol” de los metales. Antiguamente el faraón era la representación de la divinidad en la tierra y Aurum es el remedio de aquellos que quieren, de alguna manera, ser semejantes a Dios en la tierra. Buscan fortuna para poderla distribuir a todos y estar en el origen de todo. [6]
Para Scholten, la esencia de Aurum es de una persona que le gusta el poder para controlar, principalmente a los suyos. Responsable, adicto al trabajo, levanta la moral, conservador. Protector como el pastor de una manada, que ninguno se descarríe, guardián. Gozan del éxito, muy importante estar al tope en lo más alto, desean ser tratados con respeto y cuidan del bienestar de los otros. Pueden no ser religiosos o extremadamente muy religiosos, sintiendo que Dios les la tarea. Cuando fallan los negocios; se deprimen y comienza a orar. Piden ayuda a Dios y sienten que tendrán que ser castigados, pudiendo sentirse incapaz de sobrellevar sus responsabilidades; se dejan caer (desde una gran altura). [7]
Para Campbell, en Aurum, una de las causas de las causas de traumas emocionales parte de: ser ofendidos y humillados con mucha facilidad cuando los critican o reprenden y con las contradicciones o discusiones. También los devastan las rupturas con su pareja y tienden a vengarse en su siguiente relación. Abandono en el momento del parto, después del nacimiento o en los primeros años de vida. Pueden ser imprudentes, desafían el peligro. Sin embargo, como los sentimientos de culpa y su reflejo, el sentido del deber, están muy acentuados en ellos, el suicidio muchas veces es un deseo intenso que no siempre se lleva a cabo. En lugar de quitarse la vida, es posible que se refugien en la religión, en la meditación o en alguna otra actividad espiritual que tomarán muy en serio, o en otra profesión o actividad llena de “obligaciones” como un reflejo de sus pensamientos suicidas y del menosprecio que sienten hacia sí mismos. Pueden ser sujetos muy responsables que escalan posiciones muy altas en la vida y quizás incluso en el ámbito religioso. [8]
Tomando en consideración lo expuesto, el paciente y su padre recibieron una dosis de Aurum 60ch, por el cual se evidenció una mejoría parcial de su estado general y logrando una “comunión” a través de la toma del medicamento entre el padre y su hijo. La madre, luego de un tiempo medicó a su hijo con algunas dosis más de la potencia… no logrando el resultado previsto, se le indica una potencia de 200 al hijo, logrando un cambio de sentido en todos los aspectos, lo más importante es la desaparición de la peligrosidad hacia sí mismo y haciendo más efectiva la socialización.

BIBLIOGRAFIA

[1] Lacan, J. Las formaciones del inconsciente – Seminario 5. Edit. Paidós 1985
[2] Lacan, J. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis – Seminario 11. Edit. Paidós 1987.
[3] Grandgeorge, D. Homeopatía: Remedios para las distintas etapas de la vida. Edit. Kairós 2003.
[4] Grandgeorge, D. El remedio homeopático: lo que la dolencia nos dice. Edit. Kairós 2004. [5] Sankaran, R. El espíritu de la homeopatía. Homoeopathic Medical Publishers 1999.
[6] Vila i Alcalde, J. Homeopatía y Mitología. Edit. La Liebre de Marzo 2004.
[7] Scholten, J. Homoeopathy and the elements. Alonnissos 1996.
[8] Chappel, P. Los traumas emocionales y su tratamiento con la homeopatía. Edit. Sirio 1994.