sábado, junio 07, 2008

El Simbolismo en Homeopatía

Los símbolos son componentes fundamentales de los hechos comunicativos; de hecho, los lenguajes son en sí mismos, sistemas de símbolos.
En la relación médico-paciente, hay una vía de expresión que el homeópata debe saber interpretar, comprender y valorar a la hora de articular un diagnóstico, pronóstico y tratamiento respectivo.
Como corolario del estudio de lo psicosomático, surge en mí el siguiente aforismo: “Vemos en el cuerpo, lo que el Alma no dice...” “Cuando el Alma habla, no hace falta ver el cuerpo...”
Definiendo Alma, como el principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.
Se presenta la enfermedad, cuando hay un desequilibrio en este ente dinámico que se expresa a través de símbolos, signos y síntomas.
Siendo redundante, en pos de mayor claridad, “el cuerpo dice lo que la mente no puede expresar”.
Obviamente no es el momento de recorrer los distintos lenguajes corporales, los cuales pueden ser motivo de otra obra, pero es importante remarcar el paralelismo y similitud, entre la relación simbólica del paciente y el medicamento homeopático dinamizado.
Por ejemplo, no siempre tengo la suerte de atender a una persona que sufre del alma con la claridad del relato, definido su llanto al expresar los síntomas, que manifieste su necesidad de afecto, el tema del abandono, su relación con el clima y medio ambiente: prefiere las ventanas abiertas o la mejoría al aire libre, poca sed, profusión de várices, etc., orienta a un tratamiento exitoso con Anémona, flor muy bella, sin aroma, que crece al aire libre, mejora con el afecto y la dedicación, con raíces muy fuertes bien arraigada a la madre tierra, al igual que nuestra paciente muy dependiente de su madre, hace ver en esta paciente esta relación simbólica, el sufrir y necesidades de ella lleva a buen puerto el tratamiento.
Pero en el caso que se trate de un animal o una criatura o una persona muy reservada y desconfiada, que ignore su sufrimiento pero que su único interés es curarse el sobrepeso, las várices, los resfríos, el insomnio, la constipación o malestares intestinales; síntomas comunes y habituales que vemos en la práctica diaria, obligan a interpretar al cuerpo y dirigir el interrogatorio detectivesco para llegar al medicamento más adecuado o similar.
¿Pero de dónde proviene todo este saber?.
Para esto hay que estudiar mitología, ya que mito “es la narración que describe y retrata, en lenguaje simbólico, el origen de los elementos y supuestos básicos de una civilización; que sirven para comprender la vida individual y cultural de un pueblo.”
En cada gen que heredamos y transmitimos se encuentra toda la información de nuestra cultura, todo nuestro acervo cultural, que se expresa a nivel de símbolos.
¿Por ejemplo, porque el oro provocó la “fiebre del oro” en todo el mundo y no el platino otro metal precioso y, relegando a la sal como moneda de cambio? . ¿O la utilización del hierro para la guerra y su uso para recuperar la sangre derramada en ella?. Sería hasta comprensible que ciertos frutos con singulares colores, formas o sabores, sirvan para órganos específicos o determinada afección pero, ¿y los minerales? ¿los demás elementos de la tierra?
Es evidente que hay un saber chamánico y alquímico, que Paracelso y Hahnemann supieron aprovechar, ya que le han dedicado su vida a esta obra inmensa y maravillosa digna de divulgar.
Es por eso que sin descartar todos los estudios y experimentaciones, miles de elementos de la naturaleza en personas susceptibles y sanas, vale la pena analizar y comparar el mensaje oculto de la naturaleza en sus productos y el lenguaje oculto de la persona que consulta por una dolencia, que no sabe interpretar.
gtesone@bigfoot.com

Estudio de los Bloqueos en Homeopatía (revisión)

Definición de bloqueo: es el hecho, situación o estado, que no permite el desarrollo pleno o movilización de la energía vital, en un intento de mantener o llegar a un equilibrio.
Cuando hay un bloqueo u obstáculo a la curación, se presentan dos alternativas válidas:
1) El medicamento más similar o semejante al paciente, no actúa o lo hace en forma parcial, por lo tanto no se cumple la Ley de Curación o
2) En los casos en que es muy difícil o complejo extraer síntomas del paciente, en el cual está afectado en un punto de no retorno o en el cual está paralizado, por lo tanto en ambos casos, debemos utilizar otra metodología que se adecue a la situación o estado del enfermo, antes de clasificarlo como incurable y actuar en consecuencia.
Se clasifican en:

A-) Bloqueos constitucionales.
B-) Bloqueos adquiridos o circunstanciales.
C-) Bloqueos por supresión definitiva o quirúrgicos.
D-) Bloqueos iatrogénicos.

A-) Son los “heredados” de acuerdo al miasma de los padres, o sea, según el estado de syphilis, sycosis o psora, que no permite el desarrollo pleno constitucional propio de la persona.
Eran tratados antiguamente por Paracelso con su fórmula: Mercurio-Sulphur-Natrum Muriaticum, como método alquímico redescubierto por Hahnemann, quien lo modificó por: Mercurio-Sulphur-Thuja.[1]
Definiendo a la psora, como la disposición mórbida en un estado dinámico puramente funcional de actividad defensiva, sin patología estructura, no así en la syphilis y sycosis que llevan lo funcional a lo estructural, donde hace la lesión y lo fija en un órgano, desde lo más externo, que es la piel a lo más profundo y vital, que es la mente, por lo que Hahnemann indicaba Sulphur para remover la reactivación psórica, siempre y cuando no reaccione al medicamento o el caso no sea muy claro, desensibilizando al enfermo o logrando un efecto terapéutico y profiláctico. Mercurio era usado en las constituciones syphiliticas y Thuja en el terreno verrugoso o psicosis, donde el objetivo es limpiar el terreno y luego ver la exaltación en lo constitucional propio de cada persona.[2]
Hoy en día se utilizan otros remedios drenadores o de constitución hidrogenoide como ser:
De origen animal: sepia, lachesis, castor aquarum, castoreum, bufo rana, aranea diadema.
De origen vegetal: chelidonium, euphorbia, thuja, staphisagria, dulcamara, sabina, sempervivum tectorum (drenador del estado canceroso o precanceroso de Nebel), anagallis, anacardium occidentalis, nux-moschata, rhus toxicodendrum, ranunculus bulbosus, rhododendrum. En niños sin temperamento hidrogenoide, o sea, oxigenoides: thuja o natrum muriaticum, que son formadores de verrugas en la infancia.
De origen mineral: nitric acidum (vegetaciones dolorosas), cinnabaris, phosphoric acidum, picricum acidum, fluoric acidum, magnesia sulphurica, natrum carbonicum que se complementa con natrum muriaticum, antimonium crudum que se complementa con calcarea carbónica, natrum sulphuricum, petroleum, silicea, causticum y graphites.[4]
Son de mucha utilidad el uso de los nosodes, aunque no se los debe utilizar en forma mecanicista, es un muy buen recurso terapéutico. Según los antecedentes y el estado actual, hay que pensar en medorrhinum ante el antecedente blenorrágico, malandrinum, syphillinum, alcoholismo familiar y lues, psorinum, tuberculinum por el antecedente tuberculoso y carcinosinum si hay historia de cáncer familiar, luego se indica el medicamento de fondo.[2]
B-) En el tratamiento de las enfermedades agudas como en las crónicas, es necesario enfrentarse con frecuentes situaciones en la práctica diaria, donde el enfermo no presenta aparentemente, síntomas característicos sobre los cuales basar el diagnóstico del mejor similar o simillimum que corresponda a la totalidad del paciente.
Son los casos llamados por Hahnemann, enfermedades defectivas en las que preponderan las modalidades del cuadro actual o enfermedad actual, quedando oculta la sintomatología constitucional.
El estado actual, aunque no configure el cuadro de una enfermedad aguda, puede ser la consecuencia o secuela de traumatismos emocionales, injurias físicas o intoxicaciones drogales (ansiolíticos, corticoides, antibióticos, vacunas, etc.) o por medicamentos homeopáticos mal diagnosticados u orientados. En este caso no es posible discernir los síntomas auténticos de la enfermedad crónica constitucional del ser en la medida de un desequilibrio energético extremadamente agudo (crisis psórica) en gran medida no permitiendo la recuperación de la homeostasis interna, provocando una pérdida energética importante que lleva a la destrucción syphilítica o sycótica. (Teoría miasmática)[2]
--Ante conflictos o decepciones amorosas pensar en: am-c, ant-c, AUR, bell, bufo, calc-p, caust, cimic, coff, con, dig, grat, hell, HYOS, IGN, ign, kali-c, lach, merc, NAT-M, nux-m, nux-v, PH-AC, phos, sep, STAPH, stram, sulph, tarent, til, verat.
--Por una amistad defraudada pensar en: ign, mag-c, mag-m, nux-v, ph-ac, sil, sulph.
--Por fracasos económicos: ambr, arn, aur, calc, cimic, coloc, con, dig, ign, kali-br, lach, nat-m, nux-v, ph-ac, puls, rhust-t, sep, stann, staph, sulph, verat.
--En duelos no superados: aur-m, CAUST, coloc, IGN, mur-ac, gels, nat-m, ph-ac, plat, staph, sulph.
--En secuela de accidentes o traumatismos: bell, cic, glon, hyperic, mag-c, NAT-S, staph, sul-ac.
--Por vacunas: ars, sil, thuj.[3] [5]
C-) Ablación de órganos, extracción de piezas dentarias entre otros, lo que obliga a tratar el estado actual, por lo tanto, es muy difícil mantener un estado de equilibrio. Se impone un tratamiento psicohomeopático.
Para entender a los bloqueos, hay que entender a los enfermos, ya que ambos van de la mano, debido a que se encuentra siempre un desequilibrio de la energía vital.
D-) Responsabilidad que le atañe al médico, ya que el objeto de la primera prescripción es poner en movimiento una corriente vital en una dirección favorable, para obtener el equilibrio psico-orgánico y un cambio positivo del paciente en su actitud vital, que manifieste la superación de los factores mentales negativos, odio, resentimientos, agresividad, temores, ansiedad, angustia, etc. Estos factores bloquean o interfieren dicha corriente, impidiendo la real curación, que jamás se consigue sino desaparecen los síntomas mentales; si esta corriente es interferida se produce un daño a veces irreparable.
Esto sucede cuando no se sabe esperar y la segunda prescripción no se realiza en tiempo y forma, cuando la ansiedad o el apuro por medicar, provoca el bloqueo y el cambio dinámico. En estos casos es posible retomar el camino, esperando a los síntomas primigenios y actuar en consecuencia con dosis altas.[2]

En conclusión, el sufriente se presenta a la consulta por una afectación de un órgano aislado, sin relación al todo, sin entender que un átomo de su cuerpo afecta a una célula y ésta a un tejido y al cuerpo respectivamente, donde media la energía vital, no comprende los mecanismos de dicha energía en la enfermedad y la curación, esto mismo es estudiado por los holísticos. (Teoría Holística)
Por último, el paciente como entidad trimiasmática, al que le fallan los mecanismos de adaptación al medio, desconoce el potencial de su psiquis, esa estructura enmarañada de arquetipos heredados, de sueños que pugnan por llevar a la conciencia hechos reprimidos, ilusiones, fantasías, manifiestan a través de estos a otro Yo más sabio, dan la pista al psicohomeópata, los elementos necesarios para elevar a lo conciente lo profundamente reprimido o lesionado en las sucesivas consultas y franquear el bloqueo de la energía vital. (Teoría Psicohomeopática)

[1] ORGANON DEL ARTE DE CURAR – S. Hahnemann. 6° Edición.
[2] HOMEOPATIA – Paschero, Pablo Tomás. Edit. El Ateneo. 5° Edición 1991
[3] PSYCHISM AND HOMEOPATHY – Gallavardin, Jean-Pierre. B.Jain Publ. 1997
[4] TRATADO DE MEDICINA HOMEOPATICA – Eizayaga, Francisco J. Edic. Marcel 1981
[5] MODERNO REPERTORIO DE KENT Y SÍNTESIS
gtesone@bigfoot.com