jueves, diciembre 11, 2008

Consideraciones sobre Infertilidad: ¿enfermedad o enfermos?

Infertilidad, por lo general se define como la incapacidad para concebir, gestar, o dar a luz a un niño. La causa más frecuente de infertilidad es la incapacidad para concebir.

Los médicos pueden determinar la razón de que una pareja no consiga concebir o dar a luz a un hijo en cerca del 90% de los casos, y corregir la infertilidad en cerca del 50 por ciento. De cada 100 casos, 40 se deben a problemas en la mujer, entre 30 y 50 en el hombre, y el resto son producto de alteraciones en cada uno de los miembros de la pareja que al interactuar producen infertilidad.

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Las causas de la infertilidad son muchas: anomalías hormonales o estructurales, enfermedades, consumo de alcohol en exceso y fármacos anticonceptivos, entre otras. El problema puede encontrarse en cualquier punto del proceso de la reproducción. Al principio del proceso, quizá se trate de la ausencia de ovulación en la mujer o en la producción insuficiente de volumen de espermatozoides en el hombre. En las fases posteriores, los problemas estructurales del útero o del cérvix tal vez los hagan incapaces de albergar un embarazo. Con frecuencia, los trastornos que contribuyen a la esterilidad son temporales o reversibles, como en el caso de malnutrición, obesidad, fiebre elevada asociada con enfermedad, o fatiga crónica.

 

En la mujer la causa más frecuente de infertilidad es la ausencia de ovulación. La segunda causa es la obstrucción de las trompas de Falopio. El terreno de la infertilidad masculina se conoce menos, ya que hasta hace poco tiempo se suponía que los hombres eran fértiles si eran capaces de tener relaciones sexuales. Una de las consecuencias de esta actitud ha sido que las investigaciones sobre la fertilidad se han centrado en los problemas de la mujer. Sin embargo, la causa más frecuente de infertilidad masculina es un recuento bajo de espermatozoides.

 

Los informes indican que la incidencia de infertilidad está aumentando, aunque parte de este incremento se debe al mayor número de parejas que buscan asistencia médica al conocer que la infertilidad es tratable. Los médicos (ginecólogos en el caso de las mujeres y urólogos en el de los hombres) citan como otras causas posibles del aumento de la infertilidad la reciente elevación de la incidencia de enfermedades venéreas, que pueden lesionar gravemente el aparato reproductor masculino y femenino si no se tratan, y al uso generalizado de anticonceptivos orales y dispositivos intrauterinos para evitar el embarazo, ya que a veces su uso provoca infertilidad temporal o permanente.

 

Otros médicos relacionan el aparente aumento de infertilidad con la tendencia cada vez mayor de retrasar la maternidad, con frecuencia hasta que la mujer alcanza los treinta años, ya que la fertilidad, tanto en los hombres como en las mujeres, desciende con la edad. El pico máximo de fertilidad en la mujer se alcanza a los 18 o 19 años y sufre pocas variaciones hasta la mitad de los 20. Entonces la fertilidad experimenta un descenso lento hasta los 35, más marcado hasta los 49, y una caída muy rápida conforme la mujer se acerca a la menopausia. La fertilidad del hombre no declina con tanta rapidez, ni tiene un límite final claro, pero es más probable que un hombre de 50 años sea menos fértil que cuando tenía 25 o 30 años.

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No hay que quitarle mérito al avance meteórico de los métodos de diagnósticos y a la cirugía laparoscópica. Pero ante el aumento de las consultas, por mujeres que se presentan con una montaña de análisis y estudios, abortos espontáneos luego de la fecundación in vitro o inseminación artificial, causas desconocidas, secundarismos luego de tratamientos hormonales, etc., es ahí donde la Homeopatía atiende al 50% de esa población estudiada, tratada y fracasada ante el intento vano de corregir o cumplir con el deseo de concebir un hijo.

Este intento vano es el que nos tiene que llamar la atención, y detenernos en interpretar que nos quiere decir, ya que el cuerpo nos dice, lo que la mente no puede...(ver en este blog: “El Simbolismo en Homeopatía”)

Cuánto más se estudia el cuerpo, más se lo expone a estudios y análisis, mas hay que pensar en un rechazo manifiesto pero no declarado, sobre el  poder tener un hijo. ¿Porqué?

Porque el ser únicos e irrepetibles, nos hace diferentes y complicados, ya que arrastramos historias familiares, culturales, económicas, que hay que “cumplir”, lo que se llama un mandato, una orden que no se puede des-obedecer...y esto implica una personalidad no estudiada, no escuchada, que no se re-planteó “su” deseo, sus ganas, sus elecciones...tener que!.

Hoy en día, la sexualidad es más precoz, libre, sin tantas represiones, pero con un solo deseo, no quedar embarazada, tomar anticonceptivos “anovulatorios”, artificialmente se le dice al cuerpo que no ovule, que no fecunde o conciba...pero hasta cuando?

Luego se pierde la automatización ovulatoria, y claro, cuesta...encima hay toda una historia de tratamientos con óvulos por “contagios”, que provocan inflamaciones o adherencias, resultado...infértil.

El hombre se presenta con bajos recuentos de espermatozoides, por enfermedades de transmisión sexual, varicocele, traumatismos, etc.

Se asocia el temor al embarazo, a la responsabilidad, el sostén, la educación, los gastos, consecuencia...bajo recuento.

¿Qué se hace?

Primero, prevención: no utilizar anticonceptivos, usar otros métodos igual de eficaces. Cuidar al cuerpo, no ingerir mucho alcohol, vida sana en todo sentido, hacer cosas para estar mejor, no postergar.

Segundo, hacer estudios no invasivos en lo posible, no exponer al cuerpo. Resolver en forma quirúrgica solo de ser necesario.

Tercero, de no resolverse se impone un tratamiento homeopático o psicohomeopático.

Se cuenta con infinidad de medicamentos: nosodes* para tratar el terreno miasmático*, medicamentos para desbloquear y el mejor similar o simillimum* para encausar la energía vital desequilibrada.

Pero lo más importante es escuchar, analizar los deseos del paciente, hacer una historia bien completa, detectivesca, para comprender el drama existencial que no permite la concepción o la fertilización y actuar en consecuencia.

Para ser ilustrativo, recuerdo el caso de una paciente que me llama desde otro país, angustiada porque tenía un tumor en el ovario derecho (padre), y quería evitar la operación quirúrgica. De la historia se desprende un duelo no hecho por la muerte de su padre, que exacerbó su sensibilidad en todo sentido, por lo cual es el estado ideal para todo tratamiento. Primero, Apis para el ovario, a los 30 días desapareció el tumor, luego desbloquear el estado de pena por un duelo no realizado con un medicamento de acción más profunda, que permitió un embarazo y parto sin dificultades, salvo una tiroiditis que  se restableció luego del parto.

Pero es interesante destacar que el cuerpo nos orientó sobre su desequilibrio, solo hay que escucharlo.

 

Glosario

Nosode: preparación dinamizada a partir de una secreción o parte enferma del organismo, utilizándose como isoterápico o vacuna.

Terreno miasmático: es un estado del organismo que puede ser hereditario o adquirido, que predispone a distintas afecciones.

Simillimum: se dice del medicamento único para determinada persona que equilibra la energía vital. Se lo llama también, medicamento de fondo.

gtesone@bigfoot.com

sábado, junio 07, 2008

El Simbolismo en Homeopatía

Los símbolos son componentes fundamentales de los hechos comunicativos; de hecho, los lenguajes son en sí mismos, sistemas de símbolos.
En la relación médico-paciente, hay una vía de expresión que el homeópata debe saber interpretar, comprender y valorar a la hora de articular un diagnóstico, pronóstico y tratamiento respectivo.
Como corolario del estudio de lo psicosomático, surge en mí el siguiente aforismo: “Vemos en el cuerpo, lo que el Alma no dice...” “Cuando el Alma habla, no hace falta ver el cuerpo...”
Definiendo Alma, como el principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.
Se presenta la enfermedad, cuando hay un desequilibrio en este ente dinámico que se expresa a través de símbolos, signos y síntomas.
Siendo redundante, en pos de mayor claridad, “el cuerpo dice lo que la mente no puede expresar”.
Obviamente no es el momento de recorrer los distintos lenguajes corporales, los cuales pueden ser motivo de otra obra, pero es importante remarcar el paralelismo y similitud, entre la relación simbólica del paciente y el medicamento homeopático dinamizado.
Por ejemplo, no siempre tengo la suerte de atender a una persona que sufre del alma con la claridad del relato, definido su llanto al expresar los síntomas, que manifieste su necesidad de afecto, el tema del abandono, su relación con el clima y medio ambiente: prefiere las ventanas abiertas o la mejoría al aire libre, poca sed, profusión de várices, etc., orienta a un tratamiento exitoso con Anémona, flor muy bella, sin aroma, que crece al aire libre, mejora con el afecto y la dedicación, con raíces muy fuertes bien arraigada a la madre tierra, al igual que nuestra paciente muy dependiente de su madre, hace ver en esta paciente esta relación simbólica, el sufrir y necesidades de ella lleva a buen puerto el tratamiento.
Pero en el caso que se trate de un animal o una criatura o una persona muy reservada y desconfiada, que ignore su sufrimiento pero que su único interés es curarse el sobrepeso, las várices, los resfríos, el insomnio, la constipación o malestares intestinales; síntomas comunes y habituales que vemos en la práctica diaria, obligan a interpretar al cuerpo y dirigir el interrogatorio detectivesco para llegar al medicamento más adecuado o similar.
¿Pero de dónde proviene todo este saber?.
Para esto hay que estudiar mitología, ya que mito “es la narración que describe y retrata, en lenguaje simbólico, el origen de los elementos y supuestos básicos de una civilización; que sirven para comprender la vida individual y cultural de un pueblo.”
En cada gen que heredamos y transmitimos se encuentra toda la información de nuestra cultura, todo nuestro acervo cultural, que se expresa a nivel de símbolos.
¿Por ejemplo, porque el oro provocó la “fiebre del oro” en todo el mundo y no el platino otro metal precioso y, relegando a la sal como moneda de cambio? . ¿O la utilización del hierro para la guerra y su uso para recuperar la sangre derramada en ella?. Sería hasta comprensible que ciertos frutos con singulares colores, formas o sabores, sirvan para órganos específicos o determinada afección pero, ¿y los minerales? ¿los demás elementos de la tierra?
Es evidente que hay un saber chamánico y alquímico, que Paracelso y Hahnemann supieron aprovechar, ya que le han dedicado su vida a esta obra inmensa y maravillosa digna de divulgar.
Es por eso que sin descartar todos los estudios y experimentaciones, miles de elementos de la naturaleza en personas susceptibles y sanas, vale la pena analizar y comparar el mensaje oculto de la naturaleza en sus productos y el lenguaje oculto de la persona que consulta por una dolencia, que no sabe interpretar.
gtesone@bigfoot.com

Estudio de los Bloqueos en Homeopatía (revisión)

Definición de bloqueo: es el hecho, situación o estado, que no permite el desarrollo pleno o movilización de la energía vital, en un intento de mantener o llegar a un equilibrio.
Cuando hay un bloqueo u obstáculo a la curación, se presentan dos alternativas válidas:
1) El medicamento más similar o semejante al paciente, no actúa o lo hace en forma parcial, por lo tanto no se cumple la Ley de Curación o
2) En los casos en que es muy difícil o complejo extraer síntomas del paciente, en el cual está afectado en un punto de no retorno o en el cual está paralizado, por lo tanto en ambos casos, debemos utilizar otra metodología que se adecue a la situación o estado del enfermo, antes de clasificarlo como incurable y actuar en consecuencia.
Se clasifican en:

A-) Bloqueos constitucionales.
B-) Bloqueos adquiridos o circunstanciales.
C-) Bloqueos por supresión definitiva o quirúrgicos.
D-) Bloqueos iatrogénicos.

A-) Son los “heredados” de acuerdo al miasma de los padres, o sea, según el estado de syphilis, sycosis o psora, que no permite el desarrollo pleno constitucional propio de la persona.
Eran tratados antiguamente por Paracelso con su fórmula: Mercurio-Sulphur-Natrum Muriaticum, como método alquímico redescubierto por Hahnemann, quien lo modificó por: Mercurio-Sulphur-Thuja.[1]
Definiendo a la psora, como la disposición mórbida en un estado dinámico puramente funcional de actividad defensiva, sin patología estructura, no así en la syphilis y sycosis que llevan lo funcional a lo estructural, donde hace la lesión y lo fija en un órgano, desde lo más externo, que es la piel a lo más profundo y vital, que es la mente, por lo que Hahnemann indicaba Sulphur para remover la reactivación psórica, siempre y cuando no reaccione al medicamento o el caso no sea muy claro, desensibilizando al enfermo o logrando un efecto terapéutico y profiláctico. Mercurio era usado en las constituciones syphiliticas y Thuja en el terreno verrugoso o psicosis, donde el objetivo es limpiar el terreno y luego ver la exaltación en lo constitucional propio de cada persona.[2]
Hoy en día se utilizan otros remedios drenadores o de constitución hidrogenoide como ser:
De origen animal: sepia, lachesis, castor aquarum, castoreum, bufo rana, aranea diadema.
De origen vegetal: chelidonium, euphorbia, thuja, staphisagria, dulcamara, sabina, sempervivum tectorum (drenador del estado canceroso o precanceroso de Nebel), anagallis, anacardium occidentalis, nux-moschata, rhus toxicodendrum, ranunculus bulbosus, rhododendrum. En niños sin temperamento hidrogenoide, o sea, oxigenoides: thuja o natrum muriaticum, que son formadores de verrugas en la infancia.
De origen mineral: nitric acidum (vegetaciones dolorosas), cinnabaris, phosphoric acidum, picricum acidum, fluoric acidum, magnesia sulphurica, natrum carbonicum que se complementa con natrum muriaticum, antimonium crudum que se complementa con calcarea carbónica, natrum sulphuricum, petroleum, silicea, causticum y graphites.[4]
Son de mucha utilidad el uso de los nosodes, aunque no se los debe utilizar en forma mecanicista, es un muy buen recurso terapéutico. Según los antecedentes y el estado actual, hay que pensar en medorrhinum ante el antecedente blenorrágico, malandrinum, syphillinum, alcoholismo familiar y lues, psorinum, tuberculinum por el antecedente tuberculoso y carcinosinum si hay historia de cáncer familiar, luego se indica el medicamento de fondo.[2]
B-) En el tratamiento de las enfermedades agudas como en las crónicas, es necesario enfrentarse con frecuentes situaciones en la práctica diaria, donde el enfermo no presenta aparentemente, síntomas característicos sobre los cuales basar el diagnóstico del mejor similar o simillimum que corresponda a la totalidad del paciente.
Son los casos llamados por Hahnemann, enfermedades defectivas en las que preponderan las modalidades del cuadro actual o enfermedad actual, quedando oculta la sintomatología constitucional.
El estado actual, aunque no configure el cuadro de una enfermedad aguda, puede ser la consecuencia o secuela de traumatismos emocionales, injurias físicas o intoxicaciones drogales (ansiolíticos, corticoides, antibióticos, vacunas, etc.) o por medicamentos homeopáticos mal diagnosticados u orientados. En este caso no es posible discernir los síntomas auténticos de la enfermedad crónica constitucional del ser en la medida de un desequilibrio energético extremadamente agudo (crisis psórica) en gran medida no permitiendo la recuperación de la homeostasis interna, provocando una pérdida energética importante que lleva a la destrucción syphilítica o sycótica. (Teoría miasmática)[2]
--Ante conflictos o decepciones amorosas pensar en: am-c, ant-c, AUR, bell, bufo, calc-p, caust, cimic, coff, con, dig, grat, hell, HYOS, IGN, ign, kali-c, lach, merc, NAT-M, nux-m, nux-v, PH-AC, phos, sep, STAPH, stram, sulph, tarent, til, verat.
--Por una amistad defraudada pensar en: ign, mag-c, mag-m, nux-v, ph-ac, sil, sulph.
--Por fracasos económicos: ambr, arn, aur, calc, cimic, coloc, con, dig, ign, kali-br, lach, nat-m, nux-v, ph-ac, puls, rhust-t, sep, stann, staph, sulph, verat.
--En duelos no superados: aur-m, CAUST, coloc, IGN, mur-ac, gels, nat-m, ph-ac, plat, staph, sulph.
--En secuela de accidentes o traumatismos: bell, cic, glon, hyperic, mag-c, NAT-S, staph, sul-ac.
--Por vacunas: ars, sil, thuj.[3] [5]
C-) Ablación de órganos, extracción de piezas dentarias entre otros, lo que obliga a tratar el estado actual, por lo tanto, es muy difícil mantener un estado de equilibrio. Se impone un tratamiento psicohomeopático.
Para entender a los bloqueos, hay que entender a los enfermos, ya que ambos van de la mano, debido a que se encuentra siempre un desequilibrio de la energía vital.
D-) Responsabilidad que le atañe al médico, ya que el objeto de la primera prescripción es poner en movimiento una corriente vital en una dirección favorable, para obtener el equilibrio psico-orgánico y un cambio positivo del paciente en su actitud vital, que manifieste la superación de los factores mentales negativos, odio, resentimientos, agresividad, temores, ansiedad, angustia, etc. Estos factores bloquean o interfieren dicha corriente, impidiendo la real curación, que jamás se consigue sino desaparecen los síntomas mentales; si esta corriente es interferida se produce un daño a veces irreparable.
Esto sucede cuando no se sabe esperar y la segunda prescripción no se realiza en tiempo y forma, cuando la ansiedad o el apuro por medicar, provoca el bloqueo y el cambio dinámico. En estos casos es posible retomar el camino, esperando a los síntomas primigenios y actuar en consecuencia con dosis altas.[2]

En conclusión, el sufriente se presenta a la consulta por una afectación de un órgano aislado, sin relación al todo, sin entender que un átomo de su cuerpo afecta a una célula y ésta a un tejido y al cuerpo respectivamente, donde media la energía vital, no comprende los mecanismos de dicha energía en la enfermedad y la curación, esto mismo es estudiado por los holísticos. (Teoría Holística)
Por último, el paciente como entidad trimiasmática, al que le fallan los mecanismos de adaptación al medio, desconoce el potencial de su psiquis, esa estructura enmarañada de arquetipos heredados, de sueños que pugnan por llevar a la conciencia hechos reprimidos, ilusiones, fantasías, manifiestan a través de estos a otro Yo más sabio, dan la pista al psicohomeópata, los elementos necesarios para elevar a lo conciente lo profundamente reprimido o lesionado en las sucesivas consultas y franquear el bloqueo de la energía vital. (Teoría Psicohomeopática)

[1] ORGANON DEL ARTE DE CURAR – S. Hahnemann. 6° Edición.
[2] HOMEOPATIA – Paschero, Pablo Tomás. Edit. El Ateneo. 5° Edición 1991
[3] PSYCHISM AND HOMEOPATHY – Gallavardin, Jean-Pierre. B.Jain Publ. 1997
[4] TRATADO DE MEDICINA HOMEOPATICA – Eizayaga, Francisco J. Edic. Marcel 1981
[5] MODERNO REPERTORIO DE KENT Y SÍNTESIS
gtesone@bigfoot.com